domingo, 25 de septiembre de 2011

A vueltas con la Alquimia: Busou Renkin y Full Metal Alchemist

He leído más de lo que sería recomendable de leer sobre alquimia (y otras ciencias ocultas), aunque no llego a ser una autoridad ni mucho lejos en la materia. Alquimia es una palabra árabe que proviene del griego, y se considera que comparte o es el mismísimo origen de la ciencia moderna, o una malinterpretación supersticiosa de la química de tiempos antiguos, depende totalmente a quien preguntes. Su origen en occidente está en la mezcla de creencias y prácticas del mediterráneo oriental en la época romana, especialmente en Alejandría. Pero algo muy parecido a la alquimia se practicaba también en Asia: en China e India tenían sus propias alquimias. En general se llama alquimia a prácticas ocultistas o sobrenaturales relacionadas con las materias y sus transformaciones, con objetivos tan extraños como la vida eterna o la transmutación de materiales corrientes en oro o similares. Lo cierto es que para ellos se suele pensar en la Piedra Filosofal, que adquiere elementos de la Ambrosía y la Panacea para curar todas las enfermedades; pero otros consideran que esta es la parte más rimbombante o falsa de la alquimia, que tenía más cuestiones dentro de la filosofía que de magia, aunque forma parte del pensamiento ocultista occidental por ambas razones.
Curiosamente, pese a la presencia de las alquimias asiáticas, las series manganime que os voy a comparar ahora, en lugar de referirse a las versiones más próximas toman más referencias de la occidental. Casi de la misma época (Full Metal Alchemist se publicó entre 2001 y 2010, mientras que Busou Renkin lo fue entre 2003 y 2006), ambas utilizan principios de la alquimia como parte de su trama: transformación de materiales, secretos, vida artificial, luchas por el poder y el valor de la vida humana. Ambos tenían el mismo género, el Shonen, aventuras para jóvenes; además tuvieron adaptación a la animación; incluso ambas cambiaron rasgos de la trama, de una manera más o menos acertada.
Lo cierto es que yo fui (y soy) más seguidor de Busou Renkin que de Full Metal Alchemist, más porque me gusta Nobuhiro Watsuki (autor de la primera, y de Rurouni Kenshin) que porque haya una diferencia de calidad entre ambas. Porque pese a sus puntos en común tienen las suficientes diferencias como para no poder confundirlas; por ejemplo, Busou Renkin sucede en un mundo como el nuestro, en nuestros días, a gente corriente que se les plantean eventos y personajes completamente extraordinarios, y el modo en que se enfrentan a ellos es más importante, el modo de encajar es algo que se trata mucho. Mientras, Full Metal Alchemist, es más del género clásico de fantasía, con toques Steam Punk, ahorrando explicaciones sobre la Alquimia gracias al principio de que no es un mundo normal, si no fantástico; siendo libres de crear una trama tan compleja como efectiva gracias a esos elementos que evitan la cotidianidad. Busou Renkin además juega más con las ideas clásicas de la alquimia, mientras que Full Metal Alchemist prefiere dejar las cosas dentro de una referencia, a veces la alquimia en el segundo no es más que una forma tranquila de hablar de "magia", y utiliza referencias cruzadas de la cábala y el hermetismo (los círculos que utilizan).
Otra diferencia son los personajes y sus relaciones. Aunque el camino de la madurez es importante en ambas series, en Full Metal Alchemist es más una madurez filosófica que vital como en Busou Renkin. Por el mismo lado, aunque hay organizaciones y jerarquías en ambas historias, la importancia de ambas es completamente diferente: en FMA (siglas por las que se conoce a Full Metal Alchemist) las jerarquías y gobiernos forman parte de un todo, fundamentales en la propia historia; mientras que en Busou Renkin (o Armamento Alquimista como se publica por Planeta en España) es un recurso de trama, menos importante y fundamental, pero que permite explicar y usar conexiones más ambivalentes de los personajes.
Otra diferencia es algo que ya he mencionado, la alquimia en cada serie es descrita de forma diferente: en FMA es una especie de magia que utiliza la materia y símbolos para hacer efectos, mientras que la de Busou Renkin es más una ciencia que requiere tiempo y herramientas apropiadas, siendo sus aplicaciones más ligadas a los resultados (Kakugane/Nucleoton en francés; o los propios homúnculos). Por ejemplo, aunque los homúnculos existen en ambas, son diferentes ligeramente claro: en uno son seres artificiales parásitos que cumplen con el propósito de su creador y en otro son criaturas transformadas, humanas y animales según su origen, que sólo quieren sobrevivir a cualquier coste. Así, en el primer caso son dañinos por sus propios actos o las decisiones de quienes les comandan, pero en el otro son dañinos por su falta de auto-control y voracidad puesto que requieren comer humanos para vivir. Eso también hace que las organizaciones de las historias sean distintas: en FMA es un gobierno militar controlado por una conspiración, mientras que en Busou Renkin son una organización de homúnculos trabajando juntos contra una asociación secreta de gente que busca proteger al mundo de los malos usos de la alquimia, además de investigar la propia alquimia.
Lo cierto, es que la calidad de los personajes protagonistas son similares, pero toman temas diferentes: amistad y superación están en la naturaleza de los protagonistas de ambas, pero en una toma una forma de fraternidad y en otra es el amor entre dos personas lo más importante. Yo he disfrutado mucho de ambas series, aunque os recomiendo ver los mangas más que los animes por la divergencia, pero hay menos en Busou Renkin, que se reduce a un cambio de ritmo, que en la completa diferencia de tramas de FMA.
Os dejo por ahora, pronto más de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario.

3 comentarios:

  1. Que quieres que te diga a mi la de Bushou, me gusta y casi me mola. Y con la de Full MEtal Alchemist me dormí al segundo capítulo.

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  2. Ya, es como digo también parte del tema de anime/manga, cambian el ritmo. Bushou es mucho más fiel, y se nota.
    Gracias por comentar.

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