Tempestarios
Durante siglos unos
brujos, que conocían los fenómenos meteorológicos y
simulaban provocar con sus magias aquello que intuían que podía
suceder, al menos según la Propaganda Tecnocrática. Realmente estos
brujos llamaban la lluvia, desviaban el granizo y cabalgaban las
nubes; pidiendo a cambio de los campesinos y los alcaldes una paga
razonable y perfectamente negociable, o castigar los atrayendo
tormentas, derribando casas y campos con vientos y haciendo que
lagartos y otras sabandijas cayesen del cielo… hasta negociar un
nuevo pago. Hasta hace bien poco mantenían unas actividades
tradicionales lejos del casi todas las demás Tradiciones, hasta que
las depredaciones de la Tecnocracia les ha obligado pedir asilo y
aparentemente disolverse entre ellas.
Trasfondo:
En la antigüedad clásica estos
"tempestarios" pueden compararse con ciertos "arúspides"
de procedencia etrusca, que al llegar a la península se mezclaron
con otros practicantes de magia climática de corriente celta y
fenicia. Reconociendo puntos en común formaron pequeños cultos a
los ciclos naturales, en los cuales hacían el papel de
intermediarios el favor de un clima propicio y la llegada de las
estaciones y estaciones; con una estructura similar a la de los
hechiceros de Marte pre-imperiales, en el aspecto de dios de las
cosechas y de otros dioses de las nubes y las tormentas. Continuaron
sin apenas cambios durante el período romano, aunque poco a poco el
fin del Imperio empezó a erosionar algunas de sus estructuras.
Cuando los Visigodos entran a la Península, y en parte gracias
ciertos ritos paganos ya bien practicados y el decline final del
Culto de Mercurio, empiezan a vender sus servicios como un gremio de
aldea en aldea para evitar la persecución de la primera Iglesia.
A partir de ahí pasan a ser una suerte
de buhoneros, organizados de forma cíclica que atraen lluvias y
tormentas por encargo. Pero no es sólo la Iglesia lo que les
preocupa; tras la formación de la Orden de Hermes, la furiosa y
volátil Casa Flambeau les persiguió por verlos como unos rivales en
el control de las fuerzas elementales y unos indignos brujos rurales,
con lo que mejoran aun más no sólo su dominio en las nubes y
lluvias, si no también en los vientos, las brumas (y si fallaban los
relámpagos). Tras largas escaramuzas, los más viejos y sabios
Tempestarios se reunieron secretamente con el Primi de la Casa, hacia
mediados del Siglo XIII, declarándose servidores de la Casa en
exclusividad, a condición de no sufrir castigo por sus prácticas ni
unos ni otros y de evitar pactar con cualquier tipo de sus enemigos,
además de ser encubiertos estos frente a la Orden pero no entrando
en la casa de Ex Mixcellanea. La soberbia de la Casa fue suficiente
para que esos servicios (informaciones, algunos hechizos y
servicialismo), les sirviesen de protección.
Con el inicio de la Guerra de la
Ascensión, mejoraron su tratos con otras sociedades mágicas (unos
pocos fueron invitados a la Gran Convocatoria), y algunos de sus
miembros ingresaron en algunas Tradiciones, pero el grueso siguió
como Dispares (luego Arte). Pese a la Orden de la Razón, las
historias populares mantuvieron su estilo como posible (permitiendo
usar sus tretas a otros magos), concentrándose en desarrollar su
venta de lluvias y prevención de granizo por toda la Península,
hasta la época napoleónica; momento en el cual los principios
racionalistas (promovidos por los rescoldos de la Revolución) y la
presión de la Inquisición los hizo casi desaparecer, manteniendo
sólo Maestros más allá de la Celosía junto a magos lineales, que
formaban unas cuantas líneas familiares que perpetuaran su Arte con
un goteo de Despertados en ellas o de aprendices reclutados. Las
cosas no cambiaron mucho hasta la época en torno de la Guerra Civil
española y la siguiente Dictadura, siendo cazados por ser “enemigos
de estado” o “criminales” por la Tecnocracia en forma de
Guardias Civiles y Falangistas. Los pactos llegados con la Orden y la
protección de sus viajes a la Umbra de forma rápida, les salvó de
nuevo. Sin embargo el incremento de la Paradoja y la Tormenta del
Avatar han condenado a este Arte; sin sus refugios Umbrales y los
pocos Maestros que les quedaban desaparecidos, los magos más
poderosos (Adeptos y Discípulos) han tenido que organizar una
retirada a las Tradiciones.
Organización:
Solitarios en extremo, los Tempestarios
buscan cada uno moverse a su aire; literalmente. Cada cambio de
estación se reunían, y cada vez que el aire soplaba al favor de uno
de ellos, se encomiaba a manos de un mentor (esto es, si era otoño
entrenaban los que poseían un avatar Primordial, en invierno los de
Patrón, en primavera los Buscadores y los Dinámicos en verano),
creando bandas en casos de necesidad. Estos Aquelarres (tanto las
bandas y las reuniones) mantenían al grupo informado y unido,
reuniéndose en lugares o fuera de España o muy inaccesibles (la
Umbra, montañas, islas del mediterráneo). El peso de la relación
de maestro y alumno, la de los clanes familiares y las reuniones
periódicas mantenían a los Tempestarios reunidos y relacionados.
Los aquelarres podían estar compuestos por todo tipo de Tempestarios
o unos cuantos de poder limitado pero que juntos pudiesen conseguir
mayores efectos. Cabalgando nubes, estas especies de Cábalas
cometían todo tipo de tropelías, realizaban aventuras y “empresas”.
Otra separación surgía, entre brujos ritualistas que intentaban
mantener métodos ordenados y organizados y aquellos que simplemente
hablaban a las nubes como mercachifles, tronantes.
Fueron volviéndose más raras
cualquier tipo de Aquelarre duradero, aunque aun posibles hasta hoy
día. Sin embargo las reuniones se fueron realizando cada vez más en
la Umbra, con lo que los miembros hechiceros lineales, tuvieron que
depender cada vez más en los Maestros para llevarlos hasta ellas;
convirtiéndose en los depositarios de Artefactos, grimorios y ritos
más antiguos. Esto es lo que salvó al Arte de desaparecer durante
la Venganza, siendo los miembros no despertados los únicos que
atesoraron y mantienen aun la estructura como un grupo separado.
Los miembros despertados que quedan han
recogido todo lo que tenían de recursos y han ingresado en las
Tradiciones. El conflicto entre los reñubeiros y los escolares, los
ha separado entre principalmente en dos bandos: los escolares
buscaron el apoyo fundamentalmente de la Orden de Hermes dentro de
los Flambeau o de los Miscelánea; y los Tronantes en los
Cuentasueños en la Sociedad de la Rueda Fantasma (especialmente),
aunque algunos escolares se han integrado como Guardianes del Fuego
Sagrado. Otras Tradiciones han recibido miembros de ambas en parecida
proporción, los Eutánatos con aquellos más dados a las maldiciones
y la predicción de desastres (sobre todo lo primero), los Verbena
aceptando de buen grado según su estación en según que facción, y
el resto…bueno más repartidos y sobre todo a aquellos sin una
educación completa (hay rumores de incluso un par de meteorólogos
que mezclan tecnología satelital y de un tipo con una antena atrae
nubes, como Tecnomantes dentro de los Hijos del Éter).
Filosofía:
Las herramientas y el talento hacen que
las personas sobrevivan, a eso se le llama oficio u “Oficio”; su
termino para la Magia en general. Los sacerdotes hablan a los dioses,
los exorcistas a los espíritus de los muertos, los herreros trabajan
el metal; y los Tempestarios hablan y trabajan con las nubes, los
vientos y demás sucesos medioambientales; para favorecer a quienes
les necesiten; a cambio de algo claro, como todos los demás.
Fallos:
¿Hace falta decir que su magia hoy día
es vulgar? ¿Qué las amenazas de un solitario o una banda de
buhoneros zarrapastrosos en nada ayuda a la Ascensión global? Como
ocurre con otras Artes y Tradiciones, es más fácil tratar de evitar
a estos hechiceros climáticos o eliminarlos que aceptarlos como
miembros de provecho. Su tendencia errabunda e incluso analfabeta
limitó el acceso a un desarrollo de su paradigma más allá de
experiencias y hechizos; además que estos eran demasiado parecidos a
los de otros Despertados, por lo que el intrusismo fue general, y sin
clientes no podían esperar prosperar demasiado.
Teorías y Prácticas:
Para llegar a ser bueno en el “Oficio”
uno debe abrir sus sentidos, desde ahí los Tempestarios tratan con
las Fuerzas elementales mediante otras cosas equivalentes. Hogueras
ayudan a mover y cargar con fuerza las nubes, mientras que los signos
mágicos grabados en prendas de vestir ayudarán a que las fuerzas
obedezcan estando en su contacto, o a bailar con ellas. Para todo
esto los cánticos sirven para conectar con los distintos Patrones,
especialmente los que son invisibles.
Esfera de Especialidad
Fuerzas era hasta hace poco su Esfera, y todos siguen
teniendo facilidad con ella, pero ahora según la Tradición a la que
pertenezcan alternan su conocimiento y escogen la que les acoja. Eso
significa que Entropía, Vida y Espíritu son bastante habituales,
como cualquier Eutánatos, Verbena o Cuentasueños.
Focos Habituales:
Cánticos en latín macarrónico o
lenguas arcaicas, varas, filtros de hierbas, hogueras, bailes,
herramientas campestres, gestos.
Conceptos: Vendedor
de lluvia, brujo del clima, adicto a los festivales, temporero,
vagabundo.
Los
Encantadores de Nubes:
Tempestarios
hechiceros Lineales.
De entre los Tempestarios hay muchos de
ellos que practican los viejos hechizos según los caminos de la
Magia Estática; siendo muchos de ellos auténticos continuadores
de las viejas y originales tradicionales de este Arte. Estos
“Encantadores Lineales” se diferenciaban de los miembros
despertados porque eran incapaces de llegar a las fortalezas de
los Nuberus (viajar a la Umbra) o de dominar los hechizos como una
mera extensión de poder propia e innata. Estos hechiceros
mantienen las laxas estructuras del Arte junto a bastantes de sus
secretos, y cierta independencia, aunque reconocen a los
Despertados dentro de las Tradiciones como miembros respetados.
Las Sendas que no fallan son, por supuesto, Control Climático y
el Transporte; con otras sendas como enseña de los diferentes
clanes familiares: Conjuración, Adivinación y Fortuna. Aprender
las todas es raro y poco habitual; y se dice que Conjuración,
Escudriñamiento, Invocación, Atadura y Protección, y Fuego
Infernal (Relámpagos), son incluso secretos aun más
inaccesibles.
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“Va
a llover, necesito un techo y tú
que el viento no derribe tu casa, podemos hablar lo con un vaso de
vino…”
[Os dejo otra cosa antigua para Mundo de Tinieblas/Mago la Ascensión, pronto algo más personal y nuevo, espero que lo disfrutéis de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario]http://mariojpcsimon.blogspot.com/2011/09/arte-para-mago-la-ascension-o-cruzada.html
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