Cuando escribí esta entrada, ya hace tiempo por cierto, no pensaba que volvería al tema. Sin embargo una serie de circunstancias obligan a una apostilla, y precisamente no es una manera de corregir o cambiar mi primera opinión. Es una manera de profundizarla.
Hay pululando en Internet una series de noticias que ponen en sintonía de un debate que aun de manera tangencial me permiten seguir estas cuestiones. Así que lo aprovecharé. Una da las notas, un comienzo para un debate enfrentado, ponía encima de la mesa la cuestión de como Marvel y DC eran empresas o que sus personajes e ideas ya eran parte del imaginario colectivo. ¡Un tema muy interesante esta última! Pero como ya dije un poco en mi anterior entrada ambas son empresas, venden los cómics que fabrican. Pero claro, eso ocurre en infinidad de empresas, y eso no evita que ciertas personas tengan ideas e incluso las expresen en su trabajo, o en este caso; a través de él. Ambas empresas tienen en nómina personas que no están convencidas de las ideas de sus jefes, en un sentido o en otro. El margen que hay es similar al que se pueda ver en periodistas o en guionistas de televisión...
Sin embargo, el fantasma de la homofobia ha estado pululando sobre DC. Un culebrón en el equipo, con despido por mail incluido; y todo a colación del bloqueo de la boda de Batwoman, con su novia. Las acusaciones sobre homofobia fueron respondidas de la única manera que yo no esperaría: que no hay personajes casados en DC desde el reinicio (reboot) que sucedió hace tiempo ya. Otra parte del argumento es que los personajes super heroicos no pueden casarse porque están comprometidos única y desinteresadamente con la justicia y demás bondades de la vida de los héroes. Una mamarrachada de argumento, que sólo sirve de hecho al vigilante enmascarado o vigilante violento medio, pero que no funciona como regla obligada sobre nadie más (quizás sólo sobre el Super-Viviente); pero es que Batman o Castigador son excepcionales, o más bien excepciones por una sencilla razón: están como regaderas, no son mejores en cuanto a cordura y capacidad social frente a sus enemigos (de hecho, según se mire, incluso muchos de los que encierran o matan están mejor que ellos). Aplicar tan extremo matiz de un personaje como regla universal a todo un género es casi peor que ser homófobo, es ser perezoso o no tener ni idea de super héroes.
En Marvel la cantidad y aceptación a las relaciones homosexuales ya es cliché (no, no enlazo porque si buscáis encontraréis). Pero las heterosexuales, más. Los Cuatro Fantásticos son una familia desde hace mucho tiempo; y separaciones y rupturas dentro de ella son marco o historias directamente ¡Y algunas son muy buenas! Incluso un mal cómic y una mala historia como One more day, que separó de manera retroactiva a Spiderman/Peter Parker de su mujer era eso, ¡Una historia! Lo narraron no dijeron "Ahora no está casado ni nunca lo ha estado" simplemente. Como empresa que vende ficción, ahí gana Marvel. De hecho, el estar casado y con familia, como un personaje de Los Doce; es lo que puede impulsar a un super héroe a ser heroico: proteger a su familia, lograr un mundo mejor para sus hijos, hacer que otros padres no lloren por sus hijos...
Eso de hecho, hace a un personaje digno de ser comprendido, porque le da personalidad humana y resulta posible empatizar con él; por muchos poderes o ridícula ropa que éste lleve entre páginas de color. Comprender y entender al personaje hace las obras válidas. No hablaré de verosimilitud (que en este género es un rasgo que sobra si está mal llevada o no se entiende lo que es realmente), pero sí de coherencia. Volviendo sobre algo que dejé pasar, la coherencia en Batman no está ausente sólo en sus villanos y en cuestiones de gadgets. La peor parte de la coherencia está en la "máscara" de Batman: Bruce Wayne. Olvidé comparar a Batman con Ironman, creo que más bien por lo denso que resultó el anterior artículo, pero también porque era demasiado Mainstream. Ahora voy a centrarme en algo que no creo que muchos hayan comparado. Vaya por delante mi desconocimiento sobre Batman, pero creo que DC en busca de hacer a sus personajes siempre mantuvo que lo interesante era el desarrollo de personajes extremos, mientras que Marvel andaba por los extremos de los personajes. Las sagas de Batman se centran en aspectos de su lucha contra el crimen, su vida sin la máscara es un eco; aunque presente en algunas sagas con temas sobre la familia (¿Bane era su medio hermano?) siempre queda como historias del pasado o a través de sus enemigos como encapuchado (Máscara Negra o el Pingüino podían tener tramas contra los negocios de Bruce Wayne, pero al final lo importante es que se vuelven o sean hampones psicopáticos). Tony Stark por otra parte, además de jugar a la comba con su identidad secreta, tiene que vérselas en múltiples ocasiones enemigos económicos, a los que simplemente como Ironman no puede derrotar. Avariciosos rivales, enemigos políticos e ideales frente a su pragmatismo... no son enemigos tan abstractos como el crimen o la maldad, pero son clases de conflictos que se podrían esperar en Batman (y que de hecho Nolan pone en su adaptación), pero pan de cada día de Tony Stark como empresario multimillonario. Muchas veces da la impresión de que Bruce Wayne simplemente lo tiene, mientras que Stark se lo curra, y al currárselo ofrece historias interesantes. Contexto económico y social, algo de lo que hay que hablar.
Los reboots, que Marvel también hace pero que no borran todo el pasado, si acaso lo reescriben con retrocontinuidad o simplemente cambian el Status Quo; que devienen de los Eventos, cada vez más costumbre, y en DC; traumáticos. Ese recurso es el único que parecen estar favoreciendo como empresas que son para atraer o mantener lectores. En realidad, muchas veces, los reboots no son si no formas de cambiar todo para que siga igual cada capa en su espalda. Y si no hay cambio no hay progreso, ni mucho menos revolución. Así no puedo poner a nadie a la izquierda... pero sigue estando más cerca de mi izquierda el trabajo de muchos autores Marvel y de algunos de DC.
Con esto me despido, hasta muy pronto, vuestro amigo y ciber vecino Mario.
El problema viene cuando en vez de un guionista se pone a escribir un productor. Y pasa lo que pasa.
ResponderEliminarYa, y cuando algún creador de cómics se vuelve productor de cine también pasan cosas malas Ejem... Miller... Ehem. ¿Pero de acuerdo en mis puntos más o menos no?
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