Los Dos Doctores (I) - La Exposición Necesaria
Barcelona
- 1888
Rodeado de un parpadeo y con una luz intermitente, envuelto en un ruido extraño; una cabina azul se materializa en una esquina de el Carrer de la Ribera. El gentío en rededor, hablando una miríada de idiomas, pasando en su entorno no pareció darse, pero no se fijaron en el pequeño espacio entre dos edificios de aquella esquina. Cuando la cabina ya era sólida, salieron tres personas de él, dos hombres y una mujer. El más alto de los hombres comenzó:
-¡Bienvenidos!
Wellkomen! Benvinguts! ¡La Expo española! ¡Lo que queríais! -dijo
gesticulando y llevando a la pareja hasta la muchedumbre que formaba
una fila. El bullicio hacia donde los llevaba hablaba en mil y una
lenguas, y aunque había más hombres, también algunas elegantes
mujeres o familias enteras parecían esperar.
Sin embargo
sus dos acompañantes no estaban tan contentos. Agachándose, la
pelirroja puso un mohín y le enseñó el legajo del suelo al delgado
tercer hombre:
-No, no es lo
que queríamos... -dijo el hombre.
-Para variar
¡Esto es Barcelona en el 88! -dijo también la pelirroja.
-Bueno 4
años, no es mucho... -dijo el alto y extrovertido - no tenéis
porque quejaros...
-Son 104,
Doctor, y esto no es Sevilla, esto es la Expo de Barcelona de 1888
¡No es la de Sevilla en 1992!
-SSSH-siseó
fuerte el Doctor con su dedo índice sobre sus labios- ¡Un pequeño
error! ¡Las Olimpiadas, la Expo! ¡1992 es un año demasiado cargado
para ir! ¡Es normal que el circuito temporal haya intentado una vía
secundaria! -vociferó- Y además, bueno, ¡ésta es una gran
celebración! En esta época las Exposiciones Universales eran una
muestra de inventiva y utopía, maravillas de la humanidad; y bueno
alguna mala muestra de paternalismo colonial, pero en general os
gustará. Y si me preguntas los 90 del siglo XX están muy
sobrevalorados, no me gusta y la TARDIS... que puedo decir, todo se
pega y está muy bien educada.
-Vale de
acuerdo - dijo el hombre- ¿Y por qué no entrar directamente? Al
menos no hemos ido a un planeta distinto...
-Y Rory,
podríamos haber acabado en Barcelona, es un gran planeta ¡Tienen
perros sin hocico!
-Ja Ja...-
espetó la pelirroja- no es gracioso... pero bueno, me gusta el
ambiente, además de cacharros de vapor podremos ir a la playa
¿verdad? Seguro que podemos pillar sitio incluso.
-No te lo
recomiendo Amy, estamos en la España del siglo XIX, tus trajes de
baño llamarían a la Inquisición -respondió el Doctor.
-Eso tampoco
es tan gracioso ¿No crees que eso está desfasado desde hace años?
-No es un
chiste, y los el Flying Circus de los Monty Python sigue siendo
divertido señorita cruel. La Inquisición Española se quitó ahora
hace 50 años, pero la gente en algunos casos sigue con una moral
similar, así que bueno... ¡Oh mirad la puerta para gente VIP!
Así, con
ellos les llevó del gran portón a una puerta lateral sin apenas
cola. Cuando los tres se acercaron, el guardián se giró para
mirarles y les dijo:
-Esta puerta sólo es para
representantes y expositores, ¡a la cola para entrar como todo el
mundo!
-Oh pero como verá por
nuestras credenciales nosotros somos de esa lista exclusiva e
interesante de inventores ¡Por supuesto! -dijo el Doctor sacando una
billetera, abriéndola y el hombre lo comprobó incrédulo.
-¡Oh perdón pasen, pasen
Doctores y Señora! -les dijo- ¡Tú chico! Llévales al
garaje con el señor Isaac Peral.
-Oh ¡Genial!
-dijo el Doctor cuando un joven les empezó a guiar- Isaac
peral, con otro inventor hizo un gran avance en la invención de un
auténtico Submarino, aunque la cosa se complicó, y de hecho aportó
grandes invenciones ¡Recuerdo cuando vi sus inventos en Barcelona
en...! -la expresión del Doctor se tornó asustada y serie en un
momento, dando una vuelta sobre sí mismo, agarrando sucesivamente al
asistente del portero, a Amy y a Rory-¡Oh vaya! ¡Se me mezcla todo!
¡Por eso sabía que os gustaría! ¡Porque me gustó! ¡Chicos
tenemos que tener cuidado! ¡En este enorme recinto hay otra TARDIS!
Además de un Doctor, menos jovial pero le doblo en tamaño y edad
así que andad con ojo si veis a alguien con mi estilo pero en plan
tío ¿Entendido? -dijo señalando al confuso joven catalán.
-¿Señor Doctor? Creo que
no le entiendo...
El Doctor se giró y
encaró a sus compañeros, y los tres formaron un corro:
-Vale, a ver si lo
entiendo ¿Hay otro Doctor? ¿Otro Señor del Tiempo? -preguntó Rory
controlando el volumen y seguían andando juntos.
-No, otro yo, una versión
muy anterior de mí, de cuando tenía 500 años menos y creía que
toda la galaxia se me quedaría pequeña. Hasta mi destornillador
sónico era solamente un destornillador sónico...
-¡Uh pues eso suena
divertido! ¡Dos Doctores! Seguro que es podemos...
-¡No, no podemos! Es mi
pasado, y no puede saber nada de mi futuro, su futuro.-La cortó el
Doctor- Además eso explica porque la TARDIS se ha debido confundir.
Ha debido usar la memoria... pero con suerte podremos evitar
coincidir. Recuerdo sólo haber estado en la presentación poco
tiempo, estuve casi todo el tiempo ocupado con...
-¿Con qué? ¿Con qué
estuviste ocupado? -inquirió Rory.
-Señores, ya hemos
llegado, espero que puedan - les interrumpió en su pequeña y
familiar conjura el correveidile- ayudar al Doctor Peral como
enviados del Ministerio. -Diciendo eso dejó entrar al extraño trío
dentro de la parte de atrás de lo que parecía un taller.
-¡Claro! ¡No puedo
evitar enseñaros las maravillas! Es con invenciones de las -cuando
entraron parecían bultos nada más, pero, pronto se iluminaron
pasillos de estantes con animales de todas clases tanto vivos en
jaulas como en vitrinas y disecados. Extrañas máquinas con
engranajes, lienzos y pinturas; parecía de verdad una Exposición
Universla, todo el universo, o al menos la Tierra de aquella época
parecía estar en bambalinas, acicalándose para actuar.
Y claro que era algo así,
eso era la parte de atrás, donde se depositaban y retocaban los
materiales de las exposiciones y demás situaciones, el correveidile
se despidió de ellos indicando donde buscar al inventor Isaac Peral,
subiendo a un piso superior, donde la madera pasaba de formar
estanterías a habitaciones, talleres o similares supusieron Amy y
Rory. Cuando se alejaron de los animales y pequeñas muestras, no se
fijaron en como uno de los animales se fijaba en ellos, especialmente
en el Doctor, una felina y depredadora mirada. La pantera era una de
las bestias disecadas.
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-¡Vamos, vamos amigos! -Dijo el Doctor a sus acompañantes humanos- ¡Me encanta este siglo amigos!
-¿En serio estamos en
1888 Doctor?-Dijo una mujer-Ahora seguro que tendría hijos, y sin
embargo...
-Nah, no te quejes, yo
creo que ya tendría más polvo que la mecedora de mi bisabuela de no
estar con el Doctor -dijo un hombre con fuerte acento escocés, y un
kilt para aseverar su procedencia. - Además no creo que podamos
estar más ocupados que el bueno del Doctor, que no nos deja si
quiera ir a comer antes.
-¡Luego buscaremos
sustento y más cosas para nuestros cuerpos Jamie!-dijo poniendo
su mano sobre el brazo del escocés- Y no te preocupes Victoria, aún
podría ser que vieses ese momento de tu vida, podría ser que
incluso estuvieras aquí. Esa clase de sucesos suceden, en ciertas
ocasiones. Viajar a través del tiempo es complejo pero
maravilloso... Y Jamey, pararemos a comer en cualquier sitio pronto.
¡Antes hay alimento para la mente aquí!
El Doctor les estaba
llevando entre la muchedumbre, una muchedumbre tan diversa que ni
siquiera ellos tres resultaban extraños. En la entrada del espacio
dedicado a las exposiciones apenas cabía un alfiler. Menos un Señor
del Tiempo...
-¿Doctor? ¿Y si
esperamos en la TARDIS? Parece que no empieza... -Dijo Victoria.
-¡Tonterías! Además la
TARDIS no puede vencer la impuntualidad española. Tan simple como
eso... Sin embargo nadie en la Tierra puede vencer al encanto de
Gallifrey...
-Ains...-suspiraron y se
miraron al mismo tiempo Jamey y Victoria- ¡Aquí vamos otra
vez! - ya conocían de sobra esos atajos, facilidades y efectos del
encanto del Doctor. Normalmente terminaban en peligro y carreras para
todos ellos...
El Doctor torció el gesto
y estiró un poco, lo que pudo, su pose siguiendo adelante. Mientras,
una sombra retrocedió, yendo hacia atrás de sus pasos. Siguió, los
pasos dle grupo, y dio vueltas, hasta que localizó la cabina azul de
madera. La sombra, brilló primero en un par de ojillos maliciosos, y
luego su cuerpo metalizado; el rechinar de sus dientes acompañaron
su parpadeo.
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El trío formado por el Doctor, Amy y Rory; continuaron hasta el estudio o taller de Isaac Peral, un hombre curtido, de cerca de 30 años. Llevaba una bata gruesa, mientras consultaba planos y se iba de un lado para otro. Indicaba, ajustaba y sin parar apuntaba cosas. Rory y Amy, miraron algo extrañados, pero mucho de lo que vieron les sorprendió. Esa tecnología era 100 años anterior a su época, pero mucho les parecía familiar: una ametralladora de diseño extraño, un submarino en planos colgados y una maqueta, aparatos que veían casi recién sacados de las entrañas de la TARDIS, mapas de puertos militares... El Doctor se maravilló, pero se dio cuenta de algo más... había cosas fuera de lugar, y no sólo el reloj de muñeca y los móviles de sus compañeros. Eran algunos, parte de esos inventos. Estaba empezando a estudiar todo ello cuando el señor Peral se les interpuso y preguntó:
-¿Qué hacen ustedes
aquí? ¿Quiénes son?
-Ah bueno... sí
somos...-dijo Rory soltando una de las maquetas y dudando con las
manos en alto.
-Enviados del Ministerio,
soy el Doctor y estos son mis colaboradores Amy y Rory...
-¡Me alegor de que
llegaran! La indisposición repentina de sus antecesores es realmente
molesta... e incómoda para sus encomiadas cónyuges que vienen aquí
a contar a sus maridos mis avances con total devoción mientras no
les atienden-dijo él girando su vista para enseñar a los tres a 5
mujeres, impecablemente vestidas, con altos moños que tapaban sus
orejas pero no sus grandes y brillantes pendientes. Las mujeres
miraron al grupo, recogieron algunos planos que estaban cerca,
volvieron a mirarles. Sus miradas eran aceradas, y su ropa negra y
gris.
-Señor Peral, haríamos
mejor en llevar ya los planos terminados para el Ministerio y la
Sociedad Comercial. Además seguro que nuestros maridos pueden
informar de sus responsabilidades a sus colegas. Deberían
acompañarnos.
-Oh pero por supuesto
queridas, pero yo tengo un trabajo importante aquí, así que pueden
guiar a mis colegas Amy y Rory, ya saben, confraternizar, informar
¿tomar un chocolate con churros? ¡Lo típico para un matrimonio de
funcionarios del estado! -Rory y Amy iban a protestar, pero vieron la
cara del Doctor. Ahora protestarían en susurros, conocían esa
mirada, y les gustaba menos que los aspavientos hiperactivos.
-Oh, no, no. ¡Conozco esa
cara!-dijo Rory cuidando de no alzar la voz- Es la cara que pone
scuando algo no anda bien.
-Sí, y nos quieres sacar
del taller del científico loco-observó Amy, y luego alzó el cuello
sobre la espalda de Rory al inventor volviendo al trabajo- que
también es algo macizo.
-No, no estoy sacandoos
fuera. Estoy viendo que hay cosas fuera de lugar, y me habría dado
cuenta de unas matronas decimónicas antes si no fuesen lo único. Os
envío con ellas para que averigüéis que sucedió a sus esposos y
si tiene relación-dijo el Doctor-y no creo esté loco ni que
esté macizo. Si las cosas no son como las recuerdo, quiero
asegurarme de que él esté bien, y de que seamos nosotros y no algo
más lo que ha cambiado ya todos lo que recordaba de este día.
-De acuerdo, iré y
conversaré con ellas sobre pureza y consejos de belleza con
vapor.-claudicó Amy- Amigas, podemso irnos, me llevo a mi maridito
con los suyos, ¡será divertido y encorsetado seguro!
Las mujeres y el hombre,
se marcharon, aunque éste murmuró algo como "¿De verdad te
parece que está macizo? ¿Es la barba verdad?". El Doctor
volvió con Isaac, descubriendo su destornillador sónico y metiendo
sus manos en algunas de las piezas del proyecto.
-¡Gran trabajo! Sí
señor, nada como una mente de la marina, recuerdo que Magallanes
sabía cuando hacía falta descorchar el agua ardiente antes de que
la m de motín estuviese en los labios de sus hombres.-comentó el
Doctor.-Pero esto ¿es más que mera disciplina verdad? -dijo
encarando a al afanado invnetor.
-Perdón ¿apenas me
conoce y sospecha?... Mire, todo esto... es inspiración y trabajo,
no he parado desde hace semanas. Es como si toda mi vida y más allá
estuviera concentrada en apenas unas horas. Mi exposición se ha
retrasado para dar cabida a todos los nuevos proyectos. No los he
plagiado, y he continuado con las labores previas a las revisiones
del proyecto. Desde que estoy en el taller, no puedo parar de idear e
innovar...
-Oh sí, lo veo, los
cambios son geniales a los que tenías en esta época, puede que con
todo esto todo salga bien al final ¡Pero no es como sucedió!. Puede
haber un gran problema aquí y no estoy hablando de plagio.-dijo el
Doctor- la ametralladora eléctrica es todo un adelanto, pero tiene
incorporaciones mucho más avanzados para los conocimeintos de esta
época, incluidos los tuyos... lo único que podría explicar esto...
-el Doctor se fijó en lo último que dijo el genio nacional- ¿Qué
acabas de decir?
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-Doctor... ¿Era imprescindible colarnos? ¡Este sitio no parece pensado para las visitas! -protestó Victoria.
-Tonterías, tengo ganas
de ver uno de los mayores inventores de su época, a un adelantado; y
si no estuviese yo ahora mismo, creo que sería merecido considerarle
genio. Vamos a coger sitio nada más,
-Sí ya, sitio- rezongó Jamie, pero antes de nada, oyó un ruido extraño pero familiar,
cerca de la puerta por donde entraron.-¿Han oído eso? Reserven
sitio sin mí, voy a echar un vistazo.
El Doctor pareció no del
todo conforme, pero algo llamó su atención poderosamente, y dejó
ir a Jamie. -De acuerdo, nos veremos pronto Jamie. Victoria, conmigo
si gustas.
El Doctor había visto una
nevera, una gran nevera de hielo, cerrada sin candado pero
impenetrable, y había visto restos de agua, antes escarcha, cerca.
Observó todo el contorno, luego se lamió un dedo, y salió
despedido, como poseído; dejando bastante atrás a Victoria. La
sombra que oyó Jamie, y que les seguía, dentelleó y castañeteó.
Varias pequeñas luces se sumaron a las dos ya presentes, y se
separaron, la tercera se acercó a la cámara...
Mientras, en un pasillo de estanterías y objetos paralelo y cercano, las mujeres decimónicas llevaban a Rory y a Amy, quienes apenas podían seguirles el paso. Ellas parecían estar adentrándose en el laberinto de tesoros, invenciones y rarezas; no saliendo como ellos esperaron. Cuando estaban en la esquina contraria por la que entraran, las señoras se pararon al frente de un modelo de ascensor, un modelo con unas marcas que ellos habían visto ya.
-Espera ¿no íbamos a ir
con mis colegas? -alzó la voz Rory, y la mano- No creo que podamos
salir, ¿podemos preguntar?
-Rory, no seas la mujer
del grupo, vamos servidos-regañó Amy- Fíjate, ese escudo, parecen
los de Isaac ¿Pero esa C en ese recuadro?
-No íbamos a salir,
íbamos a llevarles con nuestros maridos, quienes están aquí- dijo
una de ellas, y presionó un mando. La caja, una especie de ascensor
desenganchado, comenzó a hacer ruidos y se abrió. Las figuras
tardaron poco en alinearse, pero cuando la pareja empezó a
retroceder las otras tres mujeres la detuvieron. En el forcejeo, sus
cuidados moños se deshicieron, dejando ver como sus pendientes no
eran tales, si no mecanismos que brillaban y salían de sus orejas.
Amy fue la que menos corrió, antes de ver eso ya había tumbado de
un puñetazo a cada una de las señoras, mientras Rory tiró de lo
primero que pudo poniendo a los peligrosos enemigos bajo una
estantería, que ellos destruyeron en un destello. Entonces al fin
sus metálicas voces comenzaron a exclamar:
-La Resistencia es Fútil.
Aquellos que se nieguen a la Mejora o que eviten Mejorar a los
Humanos serán Eliminados-Eran Cybermen quienes habían sido
descritos como "esposos". Y Amy y Rory prefirieon correr,
ya que sabían que quedarse sería morir o algo peor. No andaron
mucho hasta que esta vez fue a ellos a los que una estantería
traición. De ella surgió una negra figura...
Jamie, por su parte siguió el extraño ruido, rescatando cada ápice de supervivencia que tenía, tanto de su vida en las montañas combatiendo a los ingleses como por haber vivido con el Doctor. Estaba seguro de que aquel sonido le era familiar. Mientras andaba, oyó aún más ruidos extraños. Rápidamente volvió sobre sus pasos, a donde se separó con el Doctor, y vio una figura. Se acercó con cuidado, esperando que fuese o un empleado de aquel lugar o incluso el Doctor. Era un monigote, una especie de figura alta. Otro par de estrendo smayores vovlieron a soprenderle, y vio otra figura mientras andaba, esta vez le llegó a poner la mano encima, sitiéndose frío como un témpano, metálico como una cuchilla y recio como una roca. Aquello se giró, y rápido como una liebre, Jamie dio un respingo, y salió corriendo. De pronto aquellos pequeños ruiditos tenían sentido en su cabeza. Aquello, era un Cybermen, uno especialmente armado, y especialmente decidido, aunque tan lento como todos los que conoció antes.
-¡Tengo que encontrar al
Doctor! - pero un golpe le paró en seco.
Seguía investigando por abajo y por arriba, por el centro, cada mesa y cada cajón. Había lecturas en su Destornillador. Pero eran continuas, demasiado presentes, algo que transmitía, que se había estado escondiendo por la habitación durante mucho tiempo, tiempo suficiente para ocultar y simular su rastro. Estaba en esto, buscando dentro de un casco de buzo entre todo esto, cuadno vio a un (para él) sumamente atractivo y elegante caballero, con una damisela elegante y de pelo oscuro. El Doctor metió su cabeza en el casco de la escafranda, y trató de disimular, dejando caer su destornillador.
-¡Esto es sumamente
importante caballero! -y antes de que nadie le preguntara el Doctor
ya estaba contestando- ¡Doctor Von Weir! Y de todos ustedes, usted en concreto es el señor Isaac peral. ¡Debo recriminarme mi falta de
tacto! Pero estoy en la obligación de hacer salir a todos sus
ayudantes -quienes estaban en el centro de la habitación cada vez
más extrañados de este vodevil formado en unos momentos- a quienes
interrogaría sólo después de usted. -cuando ya había logrado
despachar a todos, aturdiendo a todos y cada uno con sus modales, se
fijó en el hombre en menos digna postura imaginable, con el tocado
menos cómodo- Y eso incluye a usted. ¡Por favor salga!
-No él, es un enviado del
ministerio, también está preocupado por algo que insinúan ustedes
que es a todas luces imposible...-dijo el científico ya algo
molesto. Victoria deseeaba que la tierra la tragara.
-¿Imposible? Viajar bajo
las olas era imposible a todas luces, excepto para su poderoso
ingenio, igualmente imposible que por ejemplo... -dijo pensativo
mientras miraba en derredor.- Dirigir una energía concentrada a
través de no conductores para formar un campo que repela objetos en
un sentido o en ambos a elección, y sin embargo aquí está ¡Este
objeto es un ionizador conectado a un concentrador!
El Doctor 11, 5 siglos
largos mayor que su joven pero madura versión, no lo había visto
así al principio. Tal vez buscando pistas o el problema concreto se
saltó un objeto tan fascinante... Pero antes de que la nostalgia le
pudiera, le atacó su orgullo.
-Claro, puede haber visto
eso... ¡Pero dígame Herr Doktor!-inquirió 11º a 2º- ¿Dónde
pondría usted un neuro transmisor o un impulsor cerebral en esta
habitación?
Aunque la alta y velada
figura hablara de manera incomprensible para ella, no pudo evitar
fijarse en que le resultaba extrañamente familiar. Su pajarita
estaba bajada por el cuello del casco, pero su doblada chaqueta
dejaba ver unos tirantes, lo que le recordaba a...
-Extraña pero buena
pregunta... una clave difícil de resolver pero en absoluto imposible
-2º dijo mientras volvía a examinar todo- ¡Por supuesto requiere
atraer la atención del sujeto! Y el sujeto más importante en esta
sala es nuestro Profundo Marino, y nada más que su proyecto homónimo
el Peral, que preside toda la sala.
11º, giró a ver las
explicaciones y efectivamente había un modelo del submarino que
presidía, y que colgaba. Fue ahí cuando siguió algo los cables. Se
sonrió de haber descubierto algo no percibido por su anterior
persona, y le contestó.
-Podría ser, pero el
objeto que buscamos es móvil, y ése no lo es. Las señales se
dispersan, he examinado yo tales emanaciones, y puedo decir que sea
lo que sea, se mueve, dentro de estos confines y...
No pudo decir más, de la
escotilla de vidrio de la maqueta de 3 metros de alto, saltó una
lágrima articulada de metal. Golpeó a 11, tirándolo al suelo, y
entonces vio a lo que él se refería. Una testa broncina y con un
cuerpo negro se dejó caer del techo en medio de todos ellos.
En toda la confusión,
Isaac se asustó, buscó entre todo y empezó a sostener una de su
invenciones. Segundo gritó -¡Cybermat! -y undécimo chilló
-¡Cyber-Shade!. En ese moemnto rodó, evitando al a criatura pesada
mientras el bichejo metálico corría por toda la habitación. Cuando
el Doctor con su rostro tapado estaba intentando contratacar con su
no ofensivo destornillador, encontrado no hace mucho; el otro Doctor
le puso bien el casco-Gracias-No hay de qué y gracias-dijo Segundo
asiendo el casco con ambas manos y usándolo a modo de cepo mientras
salvaba con todo ello a Undécimo del envite de la mayor criatura
mecánica. -¡Oh no!.
Todo acabó con una
explosión y un grito, o mejor dicho vicerversa, puesto que el grito
de Victoria aturdió a la extraña criatura el tiempo necesario para
que Isaac Peral la ametrallease con su más letal invención, la
ametralladora eléctrica.
-Muchacho, trabajamos bien
juntos ¿eh?- dijo el bajito Doctor-Me resultas familiar...
-Y usted a mí
elegante-contestó el undécimo con poniendo sus solapas y su mano
para que no le mirase.
-¡Oh no! ¿Pero cómo es
posible esto?
En ese momento, dos
escoceses y un inglés entraron por las dos salidas del taller. Y
gritaron al unísno también:-¡Doctor! ¡Cybermen!
-¡A la TARDIS!
[Intento de fic de Doctor Who, que llevo tiempo pensando por encima. Al final no sé cuantas partes tendré que hacer... pero hay potencial ¡Pronto más de vuestro amigo y ciber vecino Mario!]
Le hace falta un poquito de revisión. Al final te embarullas un poco. (Y hay unos cuantos traspiés con el teclado)
ResponderEliminarSí, ahora no tengo corrector en el navegador (Ni en apenas ningún procesador de texto que no sea anterior a la previa actualización si vamos a eso). He corregido hace un rato. Sí me embarullo, pero era para poner la situación, pero no tengo ayuda ains para revisarme... ¡Gracias por leerlo!
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