Abraham
de Luis, Empleado de
Alcantarillado Nosferatu
Sí,
tranquilo, te puedo llevar al compadre de Clan que buscas, sólo no
pises donde yo te diga que no pises. Puede que te manches los
zapatos "lindura", pero mejor zapatos sucios que perder el
pie ¿no crees?.
Preludio:
¿Qué hay de malo en ser
callado? Ser un niño callado y silencioso evita problemas, es lo que
mis abuelos y mis padres me
enseñaron,
mis padres de hecho casi me
dejaron a mí
y a mis hermanos a cargo de
mis abuelos, pero porque hacía falta mucho trabajo
para poner un plato en la mesa;
sólo prestaban mucha atención a cada uno cuando era urgente e
imprescindible, pero porque apenas tenían tiempo.
Así, apenas ahorrando, mis padres no podían mantener
a todos, menos enviar a
todos a una educación superior. Elegí
aprender a trabajar con mis
manos, casi por azar (podía
haber ido a otras formaciones profesionales, la verdad, tan tonto no
era) en el
campo de la fontanería. Aunque pudiste quedarte por cuenta propia a
base de atascos, cambios en obras particulares y demás trabajo de
fontanero, sin nadie más, al
final acabaste cansado. Siempre prestando atención, pasaste a
trabajar para una empresa que trabajaba con seguros y similares. Sin
tener que preocuparte de
buscar cliente o de que me los quitaran, disfrutabas del turno, y
tampoco de tener ayuda. Aquello me dio tiempo para buscar otro
trabajo.
Uno
además que no dependiera del humor de un criajo o de
la generosidad
de una pandilla de sin
vergüenzas en traje, como los que acabaron haciéndose con la
empresa. Gracias al tiempo que ahorré
pude preparar
una salida, ya
que probé
mi suerte
y conseguí
plaza como empleado público,
como trabajador
en el equipo de mantenimiento
del alcantarillado de la
ciudad antes de que hubiese recortes.
Aunque hubiese normas estrictas y muchas horas, era un trabajo seguro
y con una responsabilidad que me hacía estar orgulloso de ello.
Ya
era un veterano en mi
trabajo cuando empezaron a
requerir reparaciones súbitas.
En uno de los barrios malos de la ciudad, cerca de la casa que mis
abuelos y mis padres me dejaron al morir (el resto de mis hermanos
habían dejado la ciudad, o heredaron la casa de mis padres o se las
apañaron, y no me hablo
mucho con ellos, ya antes de morir quiero decir),
se sucedieron extrañas
roturas, así que debíamos estar allí abajo para reparar y ver
quienes estaban provocando tal sabotaje.
Tenía el turno
de noche, pero la mala
suerte quiso que fuese mi
equipo quien averiguase que
no era ningún gamberro o el
óxido lo que requería las reparaciones,
es que había una guerra
ahí abajo, mi futuro Sire
había estado espiando a sus
enemigos y le habían estado persiguiendo,
y sucio como estaba entre sus ataques y su porquería había acabado
provocando todo aquello.
Eramos y fuimos
tres personas, y ni siquiera al
estar callado y atento pude
evitar que nos
dieran
caza en un lugar que conocíamos,
bueno que creía
conocer mejor que nadie.
Daños colaterales supongo
que se nos puede considerar. Cuando
Eso me encontró ya se
habían comido sus enemigos a mis compañeros,
una nueva familia me recibió con los brazos abiertos.
Concepto:
Me
convirtió en vampiro un
miembro de la Camarilla
infiltrado en León, José
el Difunto, un ser deforme
que me ha transmitido su mismo
esquema de deformidades. Pero por muy monstruoso que fueses
aun tienes trabajo que hacer. Y desde luego no dejo
nada por hacer durante la noche. Mi
Prole y mi
Sire me han dado el papel de
guía. Para la Estirpe que vive arriba, soy
el simpático que les lleva en ese lugar ajeno a ellos. Para los
mortales más cosas: eres el casero ausente (ya no necesitas esa
casa), soy
el más veterano de los fontaneros del alcantarillado de la ciudad
que sólo pilla el turno de noche
y para algunos soy
lo que más temen que salga del retrete, y no lo saben.
Vistes con tu máscara de filtro, hace que la gente esté más
tranquila que verte. Además,
apunto cosas
como a donde tira alguien sus desechos
y trapos sucios, o donde pasan la luz y el teléfono del refugio de
vampiros demasiado desprevenidos, sólo por si acaso.
Sé lo
que ser necesario no es siempre lo único
que asegura la supervivencia,
también hay que tener algo en la reserva; y me has asegurado de ser
necesario para la Prole y para la Estirpe de arriba.
Sugerencias
de Interpretación: Estás
atento a las cosas a tu alrededor, escuchas y adviertes. No presumes,
porque no hace falta. El
éxito es en seguir cada día, si ya de paso haces que alguien
aprenda algo, mejor; o que no se fastidie. Conoces más cosas de lo
que otros pueden pensar,
pero sólo les vas a contar lo que sabes si merece la pena.
Hay que correr riesgos, pero no ser insensato.
Poco a poco las cosas saldrán bien, hay que ser paciente, con
trabajo. Eres un vocal de
las Ratas de Cloaca, y es donde mejor me sientes ahora mismo, así
que no lo quieres perder. A
veces haces favores, que cumplen su propia labor, tienes paciencia
para guardarlos en el momento más oportuno.
Nombre:
Abraham de Luis
Sire:
José el Difunto
Clan:
Nosferatu
Naturaleza:
Perfeccionista
Conducta:
Solitario
Abrazo:
2001
Edad
Aparente: Entre 30 y muchos y
40 y pocos
Imagen:
Debajo de mi ropa de
trabajo, mi
pasamontañas o máscara o mascarilla para trabajar, el pelo
grasiento, la grasa y el pellejo lleno de granos marcan a Abraham
como un Nosferatu. Suelo levantar la mano antes de empezar a hablar y
decir "Aham" cuando otros terminan.
Equipo:
Mono de trabajo, sobre con
el alquiler, mapa de los túneles del alcantarillado, gas y teléfono,
herramientas, máscara de gas.
[Nuevo personaje para partida de esta tarde, que ha estado muy bien por cierto (no me he muerto), hecho a partir de este otro concepto. Pronto más cosas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario.]
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