jueves, 6 de septiembre de 2012

3 apariencias, muchos objetivos y más contenidos (Y una disculpa a un malentendido)

Hola a todos, hoy me apetecía hablar de apariencias. El exterior de las cosas sirven para ser percibidas y así luego acercarnos a ellas. ¿Pero qué es apariencia y qué contenido?
Por ejemplo, si entendemos apariencia como sólo lo que percibimos por nuestros sentidos, poco hay más aparente que la lengua. Sea escrita o hablada, el habla es una apariencia; pero mientras lo importante sucede en un contenido no evidente, la capacidad comunicativa sucede en un nivel distinto. Así la apariencia de un acto comunicativo puede sonar o parecer peor o mejor, pero el acto y la función que convierten sonidos y manchas negras en un mensaje no cambia por estos, si no por lo que las partes del acto piensan sobre y en ello. Así, recitar a Góngora o escribir con tanta ultracorrección en Latín pueden estar bien, pero no para decir buenos días o pedir el pan. En realidad la depauperación del lenguaje es como su corrección y forma, una convención de un grupo; la evolución de las lenguas así lo demuestra, de vulgar jerga a lengua de arte pueden pasar siglos, pero sucede. Es por eso que la ultracorrección por encima incluso de las convenciones de la RAE únicamente, es tan falta como no pronunciar la d en el participio (En serio ¿qué les pasa a la gente de más de 50 que no lo pronuncian nunca?). Los motivos explican acuerdos grupales, convenciones, que con más o menos sentido para cada uno de nosotros ponen énfasis en algo más o menos con sentido. Eso es la ortografía, una convención sobre las apariencias.
Y ni todo esto evita que haya malentendidos...
Luego otra apariencia, la del vestir. La ropa cumple una función aún más convencional y está enmarcada en más modismos pasajeros que el lenguaje. En el caso que me atañe más directamente, la ropa de hombre, la imagen de corrección, dignidad y pulcritud en la imagen de hoy en día es heredera del aspecto de gentleman inglés de los pasados dos siglos, matizado por el business-class norteamericana, con todo lo que se escapa fuera raro (la corbata, el traje, la camisa, el polo...) pero como insisto, no todo occidente tenía las mismas premisas, y otras culturas diametralmente opuestas aceptaron esa imagen e icono como civilización, igual que antes fue la dignitas romana de la toga de adulto púrpura y luego el blasón y la capa. De nuevo, la ocasión es más compleja, y si todos vestimos de una manera en unas ciertas circunstancias personales, creamos nuestra propia convención.
No quita que el traje le siente muy bien a alguno... pero no creo que para ir a un sótano en autobús me tenga que poner lo que le parezca bonito a mi padre.
El último tema donde la apariencia y contenido confrontan, de lo que voy a hablar al menos, es algo que se ve y oye ¡El cine! Así que voy a decir algo para empezar que me puede traer problemas: Me gusta el cine español, al menos tanto como el americano y el francés; pero hay películas infumables en todo el cine, pero son excepciones. Es muy posible que géneros o convenciones culturales de una u otra parte disgusten a cada uno. también es verdad que la mirada entre cada país modifican: normalmente en Francia los personajes mandan, mientras que en lo anglosajón es la historia; en España son las circunstancias, el trasfondo de historia y personajes lo que centra muchas veces a los autores, de ahí que mucha gente más acostumbrada a otras miradas se sienta fuera de lugar como espectador. Mientras los personajes franceses están al nivel del espectador y del autor, los anglosajones suelen estar por encima y los españoles algo por debajo, para dar algo de lástima y comprensión, eso crea diferencias. Simplemente como espectador a veces me apetece más ver una cosa u otra; el país, como el género, simplemente me dan una pista de lo que puedo ver. Realismo,verosimilitud y ficcionalidad, uno de los grandes temas de los que escribo y opino.
Y por último antes de despedirme... la disculpa...
Ayer mencioné a Alex de la Iglesia vía twitter, le molestó; y pido disculpas por mi comentario (y doy más explicaciones, que no sé la razón siempre mis razones son excusas para algunos). Mi intención era contar una anécdota con alguien que me cae mal, pero no era él; si no alguien de mi vida 2.0. Si me he equivocado, y no sé nada lo siento, no me molesta que me reprendan ni que me quiten de mi error, si la tercera persona (despotriqué contra él en otra entrada, luego enlazo) tenía razón, admito que me equivoqué. Pero no quiero que me bloquee porque Alex de la Iglesia me parece un profesional muy bueno, me gusta especialmente "La Comunidad" y me gustó "Plutón BRBNero" también. Si alguan vez he podido molestar en algún comentario más personal, no era tampoco mi intención, la ironía era más contra mi entorno, y en plan sardónico que no contra él ni nadie importante para él. Insisto en decir lo siento.
Con éste ejemplo verbal de poner el cuello de sumisión como un lobo en su manada virtual, me despido. ¡Pronto algo más simpático y friki de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario!

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