lunes, 10 de agosto de 2009

La Paradoja de Inuyasha 1

Antes de empezar con mi Fic debo explicarme
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Antes de empezar con mi Fic debo explicarme. Este Fanfic largo se basa en un capítulo de la serie de Matt Groening “Futurama”. Soy gran fan de Rumiko y de todas sus obras, además de los fanfics de ellas; con una importante excepción; Los Fanfics de Universos Alternativos. Respeto a los escritores de Fanfics, pero considero que las situaciones y fondo de las series ya son suficiente sustrato para hacer multitud de variantes. Si creas un Universo complejo, alteras los personajes y no logras estrujarte los sesos para ponerles nombres, bueno, pues piensa un poco más. Dicho esto añado la consabida declaración de Derechos de Autor (Personajes, nombres y demás) de Rumiko Takahaishi.


La Paradoja de Inuyasha:
De Mario Jiménez

Capítulo 1º:
Kagome se levantó desperezándose de manera agradecida de su cama; era agradable por una vez dormir bien en su propia cama; casi había olvidado lo bien que sienta. Se sentía como un soldado de misión internacional o un viejo ronin, y eso que sólo tenía apenas 15 años. “Todos los días madrugando para andar kilómetros y comer deprisa y corriendo, no puede ser bueno”, pensó mientras se peinaba y se miraba con su pijama. Había tenido suerte antes de volver a casa; tuvo un resbalón por culpa de Inuyasha y gracias a eso no hizo muchos movimientos y pudo volver a casa pronto con la lección bien repasada. Aquí estaba ella, Kagome Higurahsi contenta por tener un examen y un esguince, 15 años de vida y su mayor causa de felicidad es pasar una noche en su propia casa y tener un examen medianamente estudiado. Suspiró mientras se arreglaba el uniforme para ir a clase. Luego bajó, como en su antigua rutina, a la cocina para tomar un pequeño desayuno.

Al bajar, su madre le saludó:
- Buenos Días hija ¿Has dormido bien? –dijo su madre con una sonrisa al girarse del fregadero para ver a su hija.
- ¡Muy bien Mamá, gracias! –Contestó ella con una sonrisa aun más enérgica- Eso que dicen de que no hay nada como el hogar es totalmente cierto. ¡Cómo echaba de menos mi almohada y desayunar y… ¡jó! Todo!-zanjó Kagome al darse la vuelta de forma tranquila para asegurarse de ver todo lo que la cocina tenía.
-Hermanita… podrías hacer menos ruido…- Inquirió su hermano medio dormido- yo hoy tengo puente y quería dormir.
-No es mi culpa que mi cama me llené de energía y que un pequeño desayuno moderno –Aseveró con un gesto que terminó en señalar a su plato que contenía arroz, con un poco de tortilla y un té.- que además me ha realizado la más buena mamá del mundo –terminó diciendo con unas chiribitas en los ojos y una expresión melosa.
-Vale lo que sea- Dijo Souta.
-Kagome –Dijo su madre.
-¿Sí?
-¿No se te hace tarde?
Kagome miró el reloj y se comió la comida del plato bebió su té a toda prisa-Gracias Mamá, me voy ya –dijo mientras se acercaba al baño y recogía su cartera.
-Volveré después de las clases ¡Hasta luego! –Dijo Kagome despidiéndose de su familia.
-Hasta luego – dijeron al unísono su madre y su hermano.

Poco después se levantó su abuelo, que preguntó por su nieta. -¿Ya se ha ido a clase?, vaya que pena… Tenía algo para ella. Espero que vuelva pronto porque…- Comenzó su abuelo con su monólogo puesto que los otros miembros de la familia comenzaron con sus quehaceres dejándolo solo con sus serenatas y el desayuno. Ese Algo era un paquete precintado apoyado en la mesilla de la entrada.

Mientras en la era de las guerras civiles:
-Hoy será un mal día –Dijo Inuyasha sentado con los ojos entornados y estando sentado de forma depredadora sobre una rama del Árbol sagrado- No sé por qué, pero lo presiento.
-Vaya, a lo mejor habrá un terremoto, dicen que los animales pueden sentirlo antes que las personas- opinó Miroku de forma desinteresada.
-O quizás una tormenta –añadió Sango de forma igualmente tranquila.
-No creo, si Inuyasha, quien no es más que un medio demonio, entonces yo ya debería saberlo seguro-refutó Shippo- Está preocupado porque Kagome le mandará al suelo cuando vuelva.
Kirara maulló como afirmando la teoría de Shippo, y apenas en un santiamén un enervado Inuyasha golpeó en la cabeza a Shippo.
-¡Uah! Inuyasha se lo diré a Kagome- lloriqueó Shippo a las espaldas de Inuyasha.
-Feh, Kagome no volverá en horas –Dijo de forma amenazante Inuyasha- o a lo mejor no vuelve hasta mañana…
Shippo retrocedió y tuvo un sudor frío viendo hacia dónde iba todo esto.
-Así ¡Qué no te va a salvar nadie! – Dijo Inuyasha iniciando una persecución con un aterrorizado Shippo mientras que Miroku y Sango seguían con sus cosas y Kirara bostezaba.

Unas horas después Kagome volvía a casa con la sensación de un trabajo bien hecho. Al llegar vio a su familia sentada en el salón y se decidió a acompañarles.
-¿Pasa algo?- Dijo Kagome al ver a los tres sentados.
-Querida nieta, hoy es un gran día. Como desde hace generaciones en nuestra familia, y como ya has demostrado tener unas habilidades innatas para la misión de velar por la paz de los espíritus –Dijo su abuelo a Kagome mientras le pasaba la caja antes mencionada- verás hoy…
-Ah así que estaban viendo la película de la tarde-dijo Kagome sin prestar atención a su abuelo.
-¡Te estoy hablando!
-Eh, sí ¿Qué decías?
-Pues que abras este paquete…
-Pues gracias pero deberías hacerme regalos sólo después de las notas ¡Pero se agradecen!-Dijo una risueña Kagome al abrir un paquete, pero su sonrisa se esfumó al ver una caja cuadrada de poco más de veinte centímetros de ancha, de larga y de alta.
Era roja y azul con partes gastadas y multitud de bisagras y de mangos y pomos.
-Esta caja, Kagome, se remonta a… -Empezó su abuelo.
-No la quiero –espetó tajantemente la susodicha.
-¡Oye que no era ningún regalo! Vas a tirarla al pozo, me la han mandado diciendo que es muy peligrosa, y que debo intentar deshacerme de ella porque…
-¿Por qué no la tiras tú?
-Eso abuelo… Kagome ya hace bastante.
-Porque debe aprender porque en un futuro ella tendrá obligaciones con el templo y…
-Vale ya la voy a tirar, pero no seas plasta. Además que me tengo que ir –Sentenció Kagome cogiendo la caja y dirigiéndose al pozo. En el camino cogió su mochila de viajar y lanzó el pequeño trasto como una bomba a dentro del pozo.
-Ay no tires así las cosas -Dijo su Abuelo- Esto es un ritual debes hacerlo como tus antepasados y los míos y…
-Eh oye abuelo que, me tengo que ir y eso no se va, ¡Hasta luego!
-Espera.
El abuelo se agachó y no vio nada ya en el pozo, sintiendo escalofrío –Tengo un mal presentimiento y ya no hay nada aquí…

Kagome se puso en pie se atusó la falda y revisó su alrededor. Bajo sus pies se encontraba la caja que su abuelo le ido para tirar: -Pero si ha venido conmigo, -Kagome se agachó a recogerlo y cuando se lo acercó una de las bisagras se abrió –vaya o se ha roto o se ha abierto, bueno, saldré y ya veré.
Subió por la pared y siguió analizando la caja, cuando estaba apunto de tirar de la abertura apareció Inuyasha, haciendo que ella diese un respingo:
-¡Inuyasha! No me des esos sustos-Dijo Kagome olvidándose de ese artefacto.
-Feh, Bueno, pues tú deberías darte más prisa –Dijo Inuyasha a Kagome entre dientes- Pero sólo te voy a decir que no debes creer nada de lo que te diga Shippo, ¿vale?
-Vale (Dijo risueña Kagome)- ¡Al Suelo!
El cuerpo de Inuyasha se derrumbó y dejó inmovilizado a éste por culpa del conjuro.
-¿¡¿Por qué has hecho eso?! –Inquirió Inuyasha adolorido.
-Para que luego no te lo repita unas ¡1000 veces!
-Oye no te atrevas- Dijo Inuyasha poniéndose en pie de un salto y agarrando la mano de Kagome por donde tenía el artefacto.

Entonces de manera súbita los dos fueron absorbidos por la pequeña ranura abierta, los dos se vieron arrastrados por un vendaval y desapareciendo en un instante, tan súbito que ni se dieron cuenta. Mientras esto pasa, en la casa de Kagome se inicia una interesante conversación. Cuando el abuelo Higurashi entra en casa se encuentra con la madre de Kagome y Souta que siguen con la película:
-¿Kagome ya se ha ido? ¿Qué querías que hiciera? (Preguntó la madre de Kagome).
-Pues quería que se deshiciese de esa caja, que la llaman “La caja de los espejos”, porque refleja la realidad, dicen que toda clase de sucesos extraños ocurren en su alrededor y…-Intentó continuar el abuelo.
-¿Qué quieres de cenar? Puedo hacer algo especial si quieres.
-¿Por qué? –Se lamentó con dos cascadas en los ojos el monje shinto-¿Por qué me ignoran?
Pero volvamos con el suceso extraño. Kagome e Inuyasha aterrizaban de forma brusca a través de la caja hasta lo que era el interior del pozo.
-¿Qué ha pasado? (Preguntó inquieto Inuyasha).
-Pues no sé, pero hemos vuelto al pozo. No parece que estemos en mi época. Bueno, súbenos.
Tras que el siempre malhumorado Inuyasha cargue con Kagome y de un salto lleguen arriba ellos notan como el bosque resulta algo diferente. Ellos están preocupados por su súbita desaparición, pero siguen hasta una aldea extrañamente renovada. Las cosas son iguales a sus ojos pero distintas al mismo tiempo. Toda la gente estaba fuera trabajando y no se cruzaron con nadie hasta que llegaron a la cabaña de Kaede.
Entonces se encontraron con Kaede que estaba de espaldas a ellos.
- ¡Hey vieja! –Saludó Inuyasha.
- ¡Buenos días abuela Kaede, perdone a Inuyasha! A veces parece que le gusta que le sentemos.
-¿Qué pasa?—Dijo girándose una Kaede con 2 ojos y una cicatriz fea que le cruzaba la cara desde la oreja izquierda hasta la barbilla.

En ese momento los tres se quedaron pasmados mirándose. Los tres dieron un paso atrás, atemorizados. Inuyasha y Kagome reconocían a la anciana Kaede, pero estaba distinta: aparte de los 2 ojos y la cicatriz, su piel tenía una tonalidad más morena y sus vestimentas tenían los colores cambiados. Ellos estaban boquiabiertos, pero la anciana les miraba de forma idéntica, parecía que estaba viendo algo imposible. Inmediatamente iniciaron una conversión de besugos:
-¡Inuyasha! ¿Desde cuándo te has teñido el pelo? –Inquirió la anciana.
-¿Y usted que le acaban de poner un ojo?-Replicó Inuyasha- Además yo lo tengo como siempre.
-Es verdad ¿Quién es usted?
-Vosotros no sois ni Inuyasha ni Kagome ¿Quiénes sois?
-Eso no es cierto ¡Somos Inuyasha y Kagome!-Replicaron los dos.

-¿Nos llamaba anciana?- se oye desde la cabaña. En el portal de la cabaña aparecen dos figuras que salen rápido de ella y se ven fuera al mismo tiempo, uno es un Inuyasha pelirrojo con un traje igual al suyo pero en blanco perlado, a su lado una Kagome con un uniforme rojo y de pelo castaño más claro. Las dos parejas se quedan mirando, durante medio segundo tras el cual los dos Inuyasha se lanzan al ataque, reflejo claro. Mientras los dos usan los mismos gritos y las mismas observaciones, casi una pelea contra el espejo. Hasta que:
-Las peleas idénticas no sirven para nada- dicen las dos Kagomes - ¡Al suelo! –Claman las dos sentando a los dos Inuyashas al mismo tiempo- ¡Uy hemos dicho lo mismo al mismo tiempo! ¡Pide un deseo! ¡Jejejejeje! ¡Qué gracia!-rieron las dos chicas ya con una distancia mínima entre ellas.
- ¡Pues yo no se la veo! –lamentaron los dos tristes Inuyasha.
Pasado el susto inicial, se inicia una conversación. Los dos Inuyasha y las dos Kagome se sientan frente a frente, y se ponen a discutir:
- ¿Entonces de dónde habéis salido vosotros?- Dijo un orgulloso Inuyasha normal, es decir el de siempre; a los dos reflejos suyos.
-Oye, eres tú el que ha venido aquí- Respondió el Inuyasha pelirrojo.
-Creo que tienes razón- Apuntó la Kagome morena- creo que nosotros no somos de aquí.
-¿Qué quieres decir?- Dijeron los tres integrantes de la conversación al tiempo.
-Pues que nosotros estábamos primero en el bosque, luego aparecimos en el pozo, y la caja de mi abuelo…
-¿Estaba siempre cerca?- Inquirió la Kagome de pelo castaño.
-Exacto, ¿Pero qué significa?
-Pues significa que la han activado.
-¿Qué quieres decir?
-Esa caja se llama “La caja del espejo”, y se dice que refleja de mil maneras la realidad, es decir…
-Que es una puerta a mil dimensiones paralelas ¿no?, lugares…
-Casi idénticos a nuestros mundos, pero distintos. Casi como…
-Una peli de ciencia ficción o unos dibujos, ¡Jejejeje!-Terminaron de decir al tiempo las dos Kagome tras este diálogo de gemelas bajo la mirada de frustración de los dos medio demonios que apenas habían podido entender lo que decían. Mas los dos prefirieron pasar de las posibles implicaciones y no tener que aguantar que les menospreciasen. Pero nuestro Inuyasha no pudo cerrar la boca:
-Pues vaya, parece que no me libro de ti nunca, ni siquiera en otro mundo- espetó el medio demonio en tono jocoso.
-Al suelo –Respondió rápida Kagome.
-Vaya, así que somos iguales excepto en el color del pelo-rió Kagome paralela- es bonito ¿Eh Inuyasha?-Preguntó a su Inuyasha guiñándole un ojo.
-Sí, tienes razón – contestó él.
En ese momento, los dos acercaron de forma tierna sus rostros, hasta que se rozaron sus labios de forma cariñosa y segura. Nuestros amigos se quedaron perplejos de la escena que presenciaron y se sintieron cohibidos. Los tortolitos se fijaron en la expresión de sus dobles y preguntaron:
-¡¿No nos digáis que vosotros no…?!
-¡Claro que no!- respondieron los avergonzados héroes-.
-Feh, Nosotros no tenemos esa relación- aseveró Inuyasha.
-Pero vosotros…-Dijo tímida Kagome- ¿Cómo es esto?
-Bueno, Inuyasha me salvó de una bruja antes de que hiciese un conjuro y destruyó su casa.
-Entonces me di cuenta de que Kagome estaba aquí para completar lo que no pude con Kikyo- zanjó el Inuyasha pelirrojo y devolvió otro beso a Kagome.
Nuestros héroes se miraron un momento y luego se alejaron sonrojados.
-Bueno, lamento que ustedes no tengan nuestra suerte- Dijo Kagome paralela.
-No, bueno, no importa- balbució Kagome- bueno, vamos a nuestro mundo ¡Hasta luego!
Arrastró a toda marcha a su Inuyasha despidiéndose y dejando a los otros dos un poco incómodos.
Al fin llegaron al pozo, y Kagome recogió la caja y la abrió por donde la abertura que había visto abrirse.
-Kagome-Dijo Inuyasha- esto no se lo diremos nadie ¿Vale?
-Vale, de acuerdo, bien acércate.
En ese momento los dos desaparecieron succionados por la pequeña abertura, apareciendo al instante en la parte del bosque que ellos habían estado.
-¡Buf!, menos mal que no era difícil volver.
-Sí, pero-Dijo Inuyasha a su compañera- Aquí han estado los demás.
-¿Qué? ¿No creerás qué?

Así lo rastros no tenían duda, allí habían estado sus compañeros ¿Pero acaso habrían ido a otros de los mundo de la caja? ¿Qué harán ahora nuestros héroes?.

(Fin. En el próximo capítulo: veremos otros mundos y otros sitios donde nuestro héroes aprenderán de si mismos y de los demás en: La Paradoja de Inuyasha: capítulo 2)

1 comentario:

  1. Voy a intentar comentarte xD

    Me gusta lo de los mundos de los espejos <3 siempre es un concepto que me ha atraído, verte a ti mismo con una vida diferente, sabían que iban a estar líados xD

    Escribes bien :D

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