Titiritero
No
juego para ganar, juego para poner mis reglas. No lo hace más fácil,
lo hace más interesante.
Preludio:
De pequeño solamente
querías que te dejaran en paz.
Leías, dibujabas y escribías un diario; todo lejos de las miradas
de otros. No había malicia
entonces, solamente timidez,
porque ya tenías toda la compañía que necesitabas en tu casa.
Te gustaba hacer cosas
solo, y que nadie te las
fastidiara; y en
casa no podías, tenías demasiados hermanos; unos mayores que
querían decirte lo que debías hacer y otros pequeños que querían
meterse todo el rato, que además debías vigilar. Tus padres no
daban a basto con todos
vosotros.
Aprendiste a manejar les, a distraerlos; para así poder hacer tus
cosas: tus dibujos, tus escritos y esas cosas. Tenías desde el
principio alma de artista, enclaustrado por su inspiración y unido
unicamente con tu musa.
El
colegio fue fácil de echarte a un lado, pero en el instituto no. En
el instituto te tocaron todos los cabrones que te vieron y buscaron
para meterse contigo; o simplemente considerar que tu actitud no era
buena. Aquí las apuestas
eran más altas, no tenías la seguridad de que no te hicieran daño
como tus hermanos (unos trozos de pan comparados a estos animales),
así que reaccionaste rápido, y repetiste lo que habías
aprendido; pero no antes de que tu sensibilidad e independencia te
hicieran merecedor de una paliza y el vacío.
Cuando volviste a casa decidiste que nunca más te pasaría, pero
todo el esfuerzo y los sapos que te tragaste te dejaron sin apenas
ganas de hacer tantas cosas como antes. Fue la fotografía lo que te
permitió seguir con tus intereses. Era más rápida que la pintura y
menos comprometido que la poesía; pero como ambas podías enseñar
tus realidades, simplemente para los garrulos de tus compañeros no
era obvio.
Eras
bueno en letras, te gustaba la fotografía; así que aunque quisiste
estudiar Bellas Artes, tus padres te convencieron que ya que eras el
único universitario de su estirpe,
no podías hacer algo solamente para ti, debías dejar lo de ser
artista a un lado. Claudicaste, en parte, eligiendo Periodismo; pero
tardaste poco en concentrarte en fotografía, y además de intentar
hacer las dos carreras. No querías de todas formas ser simplemente
un mero fotógrafo de
modelos de publicidad para catálogos de moda. Ya hacías fotos al
mundo a tu alrededor para captar cosas que nadie más veía. Y te
empezaste a hacer un pequeño nombre, haciendo fotos para periódicos
y revistas, no de actos pero sí que ilustraban la vida en la ciudad,
y algún encargo de paparazzo,
y fue en uno de esos trabajos
cuando pasó algo extraño. En una terraza, cerca de la zona de
discotecas más exclusivas, hacías fotos en automático. No te
fijabas en lo que hacías, hasta que te fijaste en el efecto de los
reflejos de la cola de gente en la entrada, que como una serpiente o
un ciempiés rodeaban la fachada doble, excepto una extraña mujer
cubierta en sombras. Debía de tener reflejo, pero no lo tenía.
Ninguna foto, todo el mundo a su alrededor tenía reflejo en aquellas
ventanas, pero no ella. Y averiguaste su nombre. A la noche
siguiente, repetiste desde otro ángulo y con gran angular para
captar detalles; lo mismo sucedió. Extrañado, hiciste preguntas e
hiciste los deberes como te enseñaron en la carrera. Repetiste, una
y otra vez; un mes. Luego la seguiste
cada noche después del club,
fascinado y extrañado de las sombras que parecían rodear la; hasta
que una vez te acercaste
demasiado,
y como de un personaje de cuento se tratara, desapareció envuelta en
la oscuridad de un callejón. Cuando entre maravillado y aterrado de
haberla perdido volviste a casa, ella y sus
sombras te estaban esperando
para devorarte.
Concepto:
Has pasado tiempo
aprendiendo de tu Sire, aprendiendo el camino de tu Clan y del
Sabbat. Son pocos los que
disfrutan o pueden hacer más que tú, como Guardián, como un
Lasombra; ahora eres no solamente un observador artístico, ahora
eres un artista de la condición humana. Primero
a través de mensajes
anónimos, puedes averiguar
secretos y usar chantaje para hacer que se muevan a tu voluntad.
Usando tus poderes (el miedo
a tu oscuridad sobrenatural de Obtenebración y tu control sobre la
voluntad de los más débiles por Dominación), creas como antes
hacías con el carboncillo o el encuadre. De hecho inmortalizas el
momento gracias a tu cámara, pero orquestas los momentos con sumo
cuidado. Otras veces,
observas los pecados de otros y los usas para conseguir eso mismo,
control. No te gusta acercarte demasiado, y
de hecho no lo aguantas, pero a veces hace falta. Los
pecados, tu poder de la Sangre y sus miedos son las cuerdas con las
que manejas a las marionetas que son los mortales.
Sugerencias
de Interpretación: Eres
silencioso, no demasiado abierto, pero cuando puedas muestra tu
trabajo, pero siempre cuando hayas terminado. Regala los oídos a
quien creas que puedas necesitar o que pueda acabar contigo. Con los
mortales eres esquivo y soberbio, te encanta jugar con sus mentes y
sus secretos. Desde las
sombras pueden ver tu acción, así que sé discreto y críptico
cuando quieras relacionarte con indeseables. Tu manada y tu Sire son
otra cuestión, trata con
ellos como los compañeros eternos que son. No te vanaglories de tus
hechos hasta que consigas cada detalle en su lugar y momento preciso,
solamente con el éxito.
Equipo:
Agenda, portátil,
teléfono robado de tarjeta, cámara de fotos último modelo con
Zoom, trípode.
[Nuevo personaje, otro Sabbat pero ahora es uno más tradicional, pronto más cosas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario.]
Lo que viene a ser un cotillo con mala leche. (¿Los Nosferatus no se quejan por intrusismo?)
ResponderEliminarNo tanto, él no comercia; él se lo guisa y él se lo come.
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