sábado, 28 de febrero de 2015

Relato: Un paquete para una amiga [#relatoencadenado]

La puerta vibró, algo estaba al otro lado. Carol y Villa lo notaron, aunque sólo Villa se anticipó al timbre que rápidamente sonó. Fuera, la luz del portal y las escaleras dejaron ver una sombra grande que apenas dejaba pasar tres luces, como pudo bien ver Villa y Tobey, el perro que agitado como nunca pasó por debajo dos veces reaccionando como pocas veces hacía. Fue apenas a ver la mirilla que Villa, extrañado no vio a nadie, sólo la puerta del vecino de al lado y el tiesto, aun con el pasillo iluminado. Lo más que pudo ver justo delante de su puerta fue un pequeño bulto. De ahí, que Villa alzara la voz:
-¿Hola hay alguien?
-¿Quién es? -dijo Carol ahora cogiendo al revoltoso de Tobey, aun que podía coger al perro - ¿Es María?
-No, ya se ha ido - respondió Villa - raro de narices la verdad... debió ser un vecino, porque ha dejado un paquete. -Esto último ya con la puerta abierta, mirando a cada lado para ver efectivamente que no había nadie ya, sólo la planta, su tiesto y un paquete.
Cogió el paquete, acercando de nuevo al sofá donde Carol parecía estar intentando calmar con lucha libre a Tobey, pero justo cuando se acercó con el paquete, el aun cachorro pataleó y salió corriendo.
-¡Ay animal qué es tu perro Villa! - se quejó- Me saldrá moratón... mira, mira... ¿Y qué es eso?
-Ni idea, un paquete... supongo que debió venir cuando no estaba en casa y algún vecino lo guardó... desde hace tanto que no quiso ni verme la cara o algo. Vecinos que tengo...
-Venga abre el paquete ¿o ya está abierto?
-¿Qué va a estar abierto? Estaba viendo, pesa lo justo para que no sepa que es, y si tuviera etiqueta... sólo tiene la dirección puesta... y tu nombre. -Explicó Villa.
-¡Oh pues trae! - dijo su amiga agarrando el paquete - ¡A ver a ver!. -Y antes de que terminara de declarar su alegría, la caja perdió su integridad, para cuando terminó; lo que sostenía en sus manos era una especie de media bola, gris y rugoso donde era plano, y liso y negro donde era redondo. Parecía de roca o cristal. Era muy grande para que se entregara en una casa que no era de la persona destinataria, así que no podía ser algo valioso.
-¿Sabes lo qué es? -dijo Villa, temiendo quitarle de las manos a su amiga el pedazo de ¿pedrusco?- No creo que sea una joya, muy grande, y esas cosas de envuelven en algo más que cartón...
-Y es muy grande... no ponía remitente ¿verdad? - Preguntó Carol al volver a revolver el papel que envolvía el paquete, y la caja que contenía el ¿regalo?.
-Por no venir no creo que viniese ni con sellos -dijo su amigo.
-¿Qué dices sellos? ¡Qué antiguo! -dijo ella- Ahora pagas lo que cueste el transporte en Correos y ya está, que mandé un paquete una vez. Oh, mira la parte pulida refleja un poco...
-A ver a ver... - Dijo Villa antes de como Carol, mirar a la oscura superficie.

--------------------------------------------------------------------------------------------------

Pasó una hora. Media de la hora en la que María llegaría casa de Villa, y ahí estaba ella, llamando a la puerta, alzando la voz por encima del perro, que estaba ladrando sin parar.
-¿Hola? -mientras tintineaba el timbre- ¿Villa? ¿Carol está ahí? ¿Hola?


[Pequeño relato breve improvisado. Gracias por vuestro cariño, problemas han evitado que comparta con vosotros más cosas, pronto todo lo que os merecéis de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario; y de hecho, para ayudarme ¿qué os parece comentar y twittear #relatoencadenado para darme ideas para continuar? O incluso continuar...]

No hay comentarios:

Publicar un comentario