Combate Virtual
-Que sí.-¡Qué no!
-Pero que sí...
-¡Qué no! ¿¡Qué NOOO!?-discutían dos amigas mientras andan por el pasillo del instituto-¡Qué no quiero y ya!
-Pero Elena... que si te apuntas con nosotros al grupo todo nos irá genial.
-¡Pero qué es que a mí no me interesa! O sea, me halaga que pienses en mí, Julia y eres muy amiga mía, y tal, pero que no tengo ningún interés.
-Pero chica, que tú eres la mejor en lo tuyo ¡Eres una milagrera de primera! Nos hace falta alguien capaz de eso: yo peleo con la lanza, y tengo un amigo que ha aprendido mucho unos cuantos cursos de magia Ritual, pero no se le dan del todo bien los que son sobre personas, y no quiero otro hechicero, el resto del grupo es Marcos (ya le conoces con sus aparatos y maquinitas todo el día), el mago Javi y mi prima Esther, que tiene una gran puntería. Contigo seríamos un grupo de mayoría chicas ¡seguro que nos ponemos arriba entre los aventureros de la ciudad!
-Qué no, que yo lo hago por fe no por afición, que no quiero que me peguen como a una estera, no valgo para eso. ¡Te doy toda todas las bendiciones que quieras antes de que te vayas por ahí a meterte en cuevas o lo qué sea! Pero meterme ¿Yo? Pfff... ni loca vamos...
-¿Qué no vales?-dijo Julia mientras cogía un montón de folios y los enrollaba en su mano izquierda-¡Atenta que voy!-Dijo Julia empuñando ese montón de papeles como una maza.
El envite fue tajante al hombro de Elena aunque más lento de lo que podría hacer, lo suficiente para no hacerla daño, y lo suficiente para darle la razón, que su amiga santurrona podría defenderse en una pelea, una pelea que se alargó varios metros y que algún compañero curioso se quedó mirando y opinando. Fueron 3 golpes, 1 de ellos falló, otro golpeó y en otro fue respondido, dándole la razón a Julia, y de paso un enorme golpe a un chico al borde de una escaleras. Y que cayó de espaldas.
-¡Hostias perdón! ¿Estás bien chico?-preguntó Julia ambas deseaban que la tierra les tragase en aquel mismo instante -¿Ves por qué no quiero hacer estas cosas? ¿¡Tú estás bien o no!? ¡Contesta ya por favor!-desgañitó Helena.
-¿Tú? ¿Qué si estoy bien?-susurró con voz grave el chaval caído dolorosamente-¿Y me lo decís vosotras?...
Inciso, este chaval tenía una mala semana, provocada porque una pareja de pavas de su instituto parecía hacer de no darse cuenta de su presencia una afición. Le hicieron caer en un charco, le quitaron dos veces el último bollo que quería de la máquina, casi provocan que le atropellaran y ahora esto... Un chico bajito puede tener paciencia, pero también bastante rencor...
-¡Está me la pagáis...! -pero ellas al ver que estaba bien se fueron, bueno Elena arrastró a Julia antes de que él terminara de quejarse con su perorata. Así que él al ver esa reacción tomó aire y corrió delante de ellas.
-¡Ésta me la pagáis! ¡Me tenéis harto!
-Mira chaval... te estamos dejando tranquilo a ver si e calmas... pero si insistes -empezó Elena- ¡Mi amiga Julia puede barrer el suelo contigo!-para sorpresa de su amiga.
-¿Eh?... este...
-¡Pues muy bien! ¡Viernes en El Centro a las 7 duelo en el Simulador! ¡No faltéis ninguna!....-y siguió su camino refunfuñando hasta su clase. Mientras Julia le dijo a Elena sus dudas.
-Oye... que yo llevo años entrenándome... pero no sé nada de él... ¿Por qué diablos habrá aceptado?.
-Pues ni idea -bufó Elena- lo mismo es un pervertido que le va que le peguen o algo así... yo ni lo conozco...
-Pues mira que me extraña... porque va contigo a clase...
-¿Eh? ¿En serio?-se extrañó-Bueno... pero seguro que ese pringado es un flipado... ¿O sabes algo más de él?-dudó la rubia para su compañera con mechas.
-No... y casi diría que eso me preocupa más...-terminó para sí.
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Pasó el resto de la semana. La expectación ante un duelo poco convencional y con gente sin fama a sus espaldas no se extendió mucho, pero gente que era amiga de Julia y compañeros del instituto de ambos contendientes (nadie iba expresamente por parte del pringado ni por amistad hacia él), se congregaron. Julia y él se pusieron en cada parte, ella antes intentó saludar a su contendiente pero él hizo un mal gesto y miró a otro lado negando eso. Mientras la extraña máquina comenzaba a funcionar, operada por el dueño del local, los que querían ver el combate cogían sitio en la pasarela que rodeaba el espacio que se despejaba. Julia, que había venido pero no se dio prisa en buscar sitio vio a un amigo, fácil de ver por ser alto y por sus rasgos afrocaribeños, que resaltaban siempre, Jonathan; Jhony para los amigos le respondió el saludo y la invitó a tomar sitio con él.-¿No han empezado verdad?
-Depende de cómo lo mires... El Simulador es eso un simulador, analiza a dos contendientes o más y les da la capacidad de combatir con su potencial personal como arma por así decirlo-explicó él.
-¿Eh? ¿Qué quieres decir? -preguntó de nuevo Elena.
-¿Te has dado un baño de color? Hoy estás especialmente rubia jajaja-y ante la mirada de reproche que se estaba tornando en asesina siguió su explicación- A ver lo que quiero decir es que ella es buena peleando, muy buena en realidad; pero que ella no puede saber si Simón es es bueno o malo, porque no le he visto ni pelear ni hacer magia nunca.
-¿Eh se llama Simón?-no se había molestado en saber nada de él-¿Y qué tiene que ver si hace magia? ¿no era una pelea?-dudó Elena...
-Ya te he dicho, esto sirve para medir la fuerza mental, física e incluso la imaginación y el potencial mágico. Un buen luchador cuerpo a cuerpo y un hechicero se miden de manera completa. Obtienen equipo dependiendo de su imaginación, pero la capacidad de lucha es su potencial. No pueden sufrir daños reales, pero desde luego cuanto mejores son ambos en su campo más entretenido es el combate.
Durante toda esta explicación, Julia y Simón ya estaban dentro del extraño recinto que tenía una especie de bruma plateada, parte de esta bruma se fijaba en ambos, y de vez en cuando refulgía como un relámpago. En un momento dado, ambos fueron totalmente rodeados de luces en la bruma, como pequeños hilos plateados. En ese momento ella sufrió un cambio de apariencia, su ropa se transformó en una especie de kimono masculino, y en sus manos surgió una espada japonesa, pero de madera. Simón, pasó de estar iluminado a ensombrecido con su figura cubierta por una especie de manto o montón de telas muy raídas, pero que hacían imposible distinguir nada de él. La gente empezó a lanzar voces a los contendientes, Jhony permaneció en silencio extrañado. No le extrañó la elección de arma ni estilo de Julia, lo que le preocupaba era lo que pudiese estar usando Simón. Elena iba a gritar algo, pero al ver la expresión de su amigo decidió callar y permanecer atenta.
El primer envite fue por supuesto de Julia, que avanzó rápidamente y dio una sonora estocada que chocó con el montón de trapos, pero éste no se movió ni un ápice. lanzó una serie de golpes, y nada. Cada vez sin embargo, se aflojaba el manto, y cada vez algunos trozos de tejido se soltaban. Cada golpe dejaba de ser sordo, cada vez sonaba algo, algo metálico...
Aunque no era una realidad física, seguía siendo una simulación de ésta, Julia tomó aire y se movió rápido para esquivar lo que salió del montón de trapos. El volumen era enorme, y debajo de ese montón de trapos no estaba solo Simón, estaba él y lo que él había elegido para combatir era... una espada bastarda y una armadura completa de metal negro todo el conjunto, con un casco que no dejaba ver su rostro-y Julia se negó a pensar en que sí estaba viendo un brilllo oscuro a través de la visera. La armadura le transformaba la apariencia desde alguien normal, un chico bajito y de rasgos vulgares a una masa de metal. El primer golpe de Simón sorprendió a todo el mundo, un mandoblazo que hizo retroceder a Julia con la fuerza del impacto, aunque le esquivó el golpe de lleno. Los otros golpes fueron espaciados, pero más rápido de lo que podría esperarse.
-¡Trampa, eso es trampa! -Vociferó Elena.-¡No es justo!
-Puede que no sea muy limpio, pero sí es justo según las reglas, ella comenzó con una estrategia suave porque no esperaba que de hecho él pudiese aprovechar tan bien su potencial interior. No sólo ha podido elegir arma y demás parafernalia, ha podido incluso utilizar su imaginación para crear una distracción de una sola vez.-aseveró preocupado Jhony.-No creo que sea un luchador, pero probablemente sea un hechicero muy poderoso... Aunque no sé con que grupo irá... ni si participa en las luchas de aventureros...
-¿Pero para eso no hay que registrarse o algo así?-preguntó Elena- Es decir que si buscamos... -Dijo sacando su agenda, pero no salía el nombre de Simón en las listas ni en ningún sitio.
-Es cierto que hay que registrarse, pero no con tu verdadero nombre... Todo esto es demasiado ¡Oh!-ambos casi se mueren del susto, una estocada de Simón apenas frenada había derribado, lanzado y desarmado a Julia.
Ella brilló un momento, evitando un nuevo ataque (una estocada acompañado por un pesado pisotón), y cuando se repuso su apariencia cambió de nuevo. Ahora vestía como una mezcla de entre gladiadora y piquera, con una pesada alabarda. Justo cuando se materializó, ahora ella con más rango, golpeó con la parte de lanza de su visera, para rápidamente hacer quiebro y golpear con la parte de martillo; abollando y moviendo el casco además de aturdiendo a Simón. Mientras intentaba contraatacar usó su arma para hacer la zancadilla, golpeando en el pecho para rematar...
La pesada coraza se resquebrajó en luz, todo el mundo dio una ovación e incluso más gente se sumó a los asistentes que ya había; haciendo que todo pareciese más épico que al principio. Jhony y Elena respiraron aliviados e iban a vitorear a su heroína, pero ella seguía en guardia. Una vez toda la masa de metal estalló en innumerables fragmentos, Simón seguía allí, pero ahora había cambiado de armas... ahora llevaba una armadura de escamas y un casco que le protegía la nariz; y llevaba un arma más pequeña pero también escudo, un hacha a una mano. Ahora, con su expresión decidida, intercambiaron golpes. Igualados, la cosa estaba aumentando en ritmo, hasta que un buen golpe de Julia empujó a Simón, momento en el cual dio varios golpes en el escudo y en su propio pecho, y cargó como poseído... ella logró bloquear el golpe de la afilada hacha, pero perdió el arma al partirse por la mitad el mango y no pudo evitar el envite del resto de él.
-¿Cómo es que sigue ganando él?-se cuestionó Elena-Ya le está viendo pelear...
-Sí pero sigue en las mismas, tiene un potencial parecido, pero él está enfadado y lo aprovecha para atacar con más fuerza. Aun así no creo que les quede más fuerza a ninguno... Además, él no parece tener un estilo, pelea fuerte y pega duro-dijo al suponer que su acompañante diría que se basaba en la fuerza bruta-pero no es su única arma, si no no hubiese cambiado tan de repente... de un arma a dos manos como hacía antes a pelear con escudo hay un mundo, y él ha cambiado de estilo y contraatacado en un instante.
Julia rodó después y se puso rápidamente en pie. Respiró y su apariencia volvió a cambiar, pero esta vez cambió a un estilo que se describiría bien a algo intermedio de sus dos anteriores poses: estilo japonés, pero con una katana y armadura. Simón la miró un momento y dijo-¿Tienes prisa por que acabe contigo? Perfecto, te sigo al estilo de un solo golpe.-Dicho eso plantó el escudo en el suelo, en perpendicular; y en ese momento volvió a brillar. Él se puso encima de su escudo, el brillo dejó paso a una niebla que volvió a cubrirle. Si al principio creció su volumen, en esta ocasión se elevó aún más... su escudo pasó a ser un feroz corcel, mientras su hacha se alargó y serpenteó hasta ser una pesada bola de metal con una cadena y un mango. Recuperó casi la misma cantidad de armadura que al principio aunque su armadura seguía siendo una red de escamas, pero no llevaba escudo. Su defensa era sin embargo por otra razón... una más grande y evidente.
-¿¡Pero qué cojones!? ¿Se puede hacer eso? ¿Cómo puede hace eso?-preguntó chillando Elena-¿Cómo puede hacer eso?
-Pues... no tengo ni idea... en teoría no se puede conjurar criaturas animadas simuladas... excepto que él tenga una imaginación y una voluntad por encima de la media... tiene que ser un hechicero formidable...
El caballo dio pasadas en torno a la ahora samurai-ko, usando su pesado mayal a modo de porra, cada vez más y más fuerte, hasta que ella tomó distancias, usando la parte roma del arma para apartar pasadas cercanas. Finalmente, decidido, tomó carrerilla, cargó, girando y girando su arma de manera salvaje, cargó. Ése era el último envite, y ambos lo sabían... Elena, arriba, no quiso ver y se tapó los ojos. Entonces se perdió como Julia no esquivó el golpe, si no que atrapó el mayal atravesando al caballo, y en otra centésima de segundo; usó eso como punto de apoyo, para luego lanzar el wakizashi enfundado hasta ese momento a través de la visera.
Ambos se derrumbaron, la niebla volvió a devolverles su apariencia normal. Ninguno estaba erguido, ella estaba de rodillas casi a cuatro patas, y él estaba en el suelo, girando hasta ponerse de morros al suelo. Cuando terminó de replegarse, sacaron entre todos a Julia, y Elena zanjó el asunto con un:-¡En tu cara chaval!
Nadie vio la media sonrisa del derrotado ni la cara grave de la vencedora, fugaces y ocultas fueron ambas.
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Unas horas después, después de celebrar la victoria del día y de la semana -y lo que para algunos sería sin duda la victoria de su vida-Julia volvía sola a casa. Una súbita oscuridad, la rodeó pero no se puso en guardia, estaba demasiado segura de que no serviría en estos momentos.
-Jejejeje-rió una voz aguda y chillona, reconocible pese a lo sobrenatural del tono a la de Simón-¿Pensabas qué sería tus compañeros o maestros?-graznó.
-Sí y no-dijo sin mirar a ninguna dirección pero entrecerrando los ojos por si pudiese deshacer así las sombras que la rodeaban-Lo que no sé es como sabes tú quien era yo, y como la Hermandad existe.
-Oh... ¡Yo sé muchas cosas!-replicó-lo que debes saber seguro es si nadie además de mí, o cualquier persona que te tenga en estima auténtico dentro de los tuyos lo sepa también. Lo mismo tienes suerte-siguió- y es así.
-¿Y tú? ¿Quién eres? ¿A qué escuela perteneces?-arremetió contra las sombras-¿Acaso tú no te has desvelado también en todo caso?
-Puede ser, cierto. Pero nos distinguimos de dos cosas-contestó-que el secreto a ti te da la vida, a mí sólo me ofrece un extra. Y dos, tú tienes unos planes que te mandan, yo tengo sólo proyectos personales, si tengo que adelantarme ¡mejor! ¡Jajajaja!
Y mientras la risa se alejó, también lo hicieron las sombras. Ella buscó consuelo, hasta su casa había un trayecto. La llamada o el mensaje no llegarían hasta que ella misma regresara a su casa. Deseó que el camino fuese más largo.
[Este relato proviene de una idea, una idea que tiene ramificaciones para un juego de rol, una idea de obra de teatro y por supuesto una serie manga/animación que nunca será, creo. Lo mejor que puedo hacer es dejar el mayor número de relatos posible aquí. Pronto más cosas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario]
Ya sabes que a mí los juegos de rol no me gustan... y el manga tampoco, pero este relato me ha molado... si escribes una segunda parte avisa por favor
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