sábado, 14 de junio de 2025

Sacerdote Proletario Eutánatos (Concepto para Mago la Ascensión VII)

Sacerdote Proletario

La ley no es igual para todos, pero la verdadera justicia alivia a los desposeídos y castiga a los explotadores.”

Preludio: Creciste con más carencias que lujos, eso jamás te lo olvidarás. Pero tenías cabeza para los libros, aunque tu familia no podía permitirse pagar tus estudios más allá del colegio, o al menos hacer que esos estudios superiores fuesen suficientes para ganarte la vida sin salir de la pobreza. Pero hubo un par de opciones, como mínimo para que salieras de tu pequeño y pobre hogar. Una era enrolarte en el ejército, otra era irte al seminario y hacerte de la Iglesia. La primera opción ni se te pasaba por la cabeza porque no contemplabas la violencia en absoluto, en ambos casos era vivir una vida de obediencia; así que intentaste el camino del sacerdocio. Para tu sorpresa, con la poca seguridad que ese camino te ofreció ya fue bastante para encontrar no solamente fe si no también vocación.

Durante tu formación no olvidaste de donde viniste, así que sin querer y con el acceso que tenías a las vidas de santos y líderes de la Iglesia, te enfrentabas a la gente que veía el sacerdocio como un medio para obtener poder o mantener el status quo, y sabías que para eso no estabas tú en este mundo y que la Iglesia podía ser una fuerza positiva para más gente. Intentaste no ser ruidoso en ciertos momentos inoportunos, pero cuando las cosas que escuchabas o veías sabías que no eran las correctas, las contestabas. Por suerte, uno de tus profesores pertenecía a una orden mendicante que alentó tu postura y tu mente inquisitiva, porque como aprendiste había habido siempre gente como tú con hábitos (o sin ellos). Así que tomaste tus votos tras peleas y trabajando para demostrar tu dedicación.

Así comenzaste con tu primera posición, atendiendo una comunidad muy lejos de tu casa pero muy parecida. Ahora como un adulto y con (en teoría o parte al menos) la Iglesia, podías confrontar a quienes crean la injusticia cara a cara. Confrontaste a la corrupción y ayudaste a los trabajadores a organizarse y permitiendo que se refugiasen y reunieran en la parroquia en la que trabajabas. El sacerdote superior a ti te advirtió desde el principio, pero nunca te negó porque sabía que tenías razón y él mismo hacía lo que podía antes, pero nunca parecía suficiente. Tú sabías que podíais ayudar y lo estabais haciendo, pero alguien fue consciente de eso y no estaba conforme. El cacique local decidió que no toleraría el descontento, así que tras algunas amenazas veladas atacó la Iglesia cuando había una reunión antes de la llegada de autoridades por encima que habíais podido asegurar, pero el malvado ordenó a sus sicarios aleccionar a todos, librarse de los irreverentes para dar ejemplo, incluso si eso incluía matar a dos sacerdotes. El fuego casi te mata, la paliza a palos de los matones previa fue lo que realmente te llevó al Purgatorio durante unos instantes; pero tu ángel de la guardia se manifestó y te susurró al oído palabras de justicia a la vez que la providencia protegió a la mayoría de los que querías proteger. Lo que no esperabas fuese que la intervención divina apareciese como una pareja de sicarios siniestros, pero ellos mismos repitieron las mismas palabras que el ángel te susurró, así que reconociste tu nueva vocación.

Concepto: Tus nuevos salvadores eran magos de la muerte, Eutánatos (Hierochthonoi para ser exactos), que te acogieron como un compañero y te sirvieron como profesores. No has querido romper con tu pasado, igual que al unirte a la Iglesia no renunciaste a tu origen humilde. Simplemente ahora tienes otras formas de ayudar, esta vez asegurando que el hubris castigue a los malvados y la justicia alivie a los que sufren, sea en este mundo o en el siguiente, que ya sabes que existe de primerísima mano. Un alzacuellos no es la prenda que alguien esperaría de un Eutánatos, pero sí vestir de negro. Algunas personas pueden preguntarte porque no te adheriste al Coro Celestial, pero tú sabes muy bien que jamás has sabido cantar bien, solamente hacer lo correcto y esforzarte.

Sugerencias de Interpretación: La Fe te ha guiado en la vida, pero no es la Fe en las palabras vacías o en los símbolos, crees en como sirven estas cosas a la gente para poder seguir adelante y cambiar su situación. No soportas la injusticia y buscas ayudar, pero no hacer nada por otros; si no hacer lo que otros te pidan. Con tu Diksha, y tu consiguiente renacimiento te has reafirmado en que a los injustos no se les concede prebendas, pero aun sabes que si la situación puede escalar en algo terrible para otros una confrontación temeraria será una mala idea. Ahora no solamente escuchas y ayudas a los vivos, también lo haces a los muertos.

Foco: Ahora entiendes que este es Un Cosmos Mecánico que se manifiesta en un Orden Divino y Caos Terrenal, así que la Fe y la Alta Magia Ritual te permiten hacer llevar la justicia al mundo (mediante correcciones y enmiendas, con la ayuda de ángeles cuando es necesario) al mundo de los vivos o al de los muertos gracias a bendiciones y maldiciones, escrituras, invocaciones y plegarias, ordalías y sacrificios, ritos grupales y símbolos.

Avatar: Es Uriel quien te guía, el ángel que protegió a los inocentes durante las plagas de Egipto y quien peleó contra Jacob antes de darle un nuevo nombre, así que hace ambas cosas contigo, aconsejando de forma estricta y haciendo que confrontes las cosas, pero guiándote a proteger a los demás.

Equipo: publicación dominical, publicación de un sindicato, cruz de plomo, texto en griego ritual, Biblia usada.

[Pues he hecho este personaje, que es una revisión de un muy antiguo personaje de 3ª, que ahora está perdido en Internet porque ni lo guardé ni la web donde lo dejé está si es que sigue activa. Pero eso, pronto más cosas, y de hecho no será otro Eutánatos, espero... hasta entonces, saludos de vuestro amigo y ciber vecino Mario.]

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