martes, 20 de abril de 2010

XX y V del revés.


No me gusta el cristianismo ni pienso que las leyes, representados por el Juicio y el Hierofante respectivamente, sean trascendentales. Admito que de momento no voy a quemar iglesias ni voy a dedicar me a delinquir para ganarme la vida. Pero hay cosas que claman a ese lado humano que adjunta todas nuestras pasiones y nuetros sentimientos, todos... Estos días están invertidos, son signos infaustos...
Tanto la religión como las leyes no son más que invenciones sociales para hacer nuestra vida más fácil, y jamás deberían pasar de ahí. No han venido de más allá de las edades ni son en absoluto ajenas al hombre, son tan trascendentales como un martillo... Y como los martillos pueden no ser más que la causa de inmensos dolores de cabeza y heridas.
Ahora mismo se anda dilucidando si 1) un montón de cargos públicos y de colegas empresarios hicieron malas artes para forrarse y además pagar las facturas del partido de todos ellos y 2) si un juez hizo mal en investigar las muertes y desapariciones de miles de ciudadanos de este país. Estos juicios dejan clara que si se supone que la moralidad es la que rige las normas sociales, no es cierto. Es la legalidad precedente. Por lo tanto en pocos días debería de llevar una pica y ensartar al dueño de la tienda de cómics y reclamar la tienda "por derecho de conquista", total, los antepasados del jefe de Estado hicieron lo mismo y es lo que se supone que convierte algo en propiedad, el dominio y la fuerza.
Y para ello nada mejor que tener cientos de páginas de cuentos y doctrinas que tirar y utilizar de inspiración y soflama para todo tipo de tendencias. Incluso de impermeable, aunque el agua escurra no deja pasar las verdades más simples. Abusar de un menor es un delito (potestad civil), y pese a lo que dijo un supuesto posible carpintero semi divino mito seguro, "Al César lo que es del César", la justicia entre los semejantes... Pero la ropa y un poco de ritual te deja fuera de eso parece ser.
La dignidad de unos fetos no natos está por supuesto por encima de la de unos seguros muertos y sus seguros allegados. El peligro de que unas normas sujetas por una fe en el sistema hace imperdonable para unos cuantos tontosloscojones el querer reabra entuertos, si significa quitarles los ojos que arrancaron como trofeos a sus abuelos, con lo que lucen en la chimenea. La contienda que que fue masacre disfrazada de justa reprimenda no se repetirá por mi parte ni por muchos otros, no porque no sintamos lo mismo que los perdedores de los que somos herederos y deudores, porque sinceramente estamos hartos del polvo de la miseria de éste páramo in cívico... ésta vez pediremos cuentas pasadas y yo abogaría por irnos después, o echarlos de verdad... La convivencia es imposible... Y no creo que estas dos cartas salgan faustas para nosotros pronto.
Y así de negativo se despide vuestro amigo y ciber vecino Mario.

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