Recursos
Humanos de la Capilla
Siéntate
por favor, os he visto a todos los candidatos, pero ahora quiero
hacer una entrevista individual. Eres uno de los elegidos por el
Consejo, tu test y currículo les dejaron más que impresionados.
Ahora háblame más de ti ¿de verdad crees qué no sé quien te
envía?.
Preludio:
Eras una niña cuando
descubrieron en ti un talento: ponerte al mando. Fuiste delegada de
clase desde párvulitos, presidenta escolar en el instituto y fuiste
directa a dirigir un club de la universidad,
y luego a la política. Por
desgracia tus deseos de estudiar ciencias políticas no fueron bien
recibidas en casa, que te obligaron
a estudiar algo más de provecho. Pero conseguiste un punto
intermedio, dirección de empresas; y en lugar de activididades, te
concentraste en créditos extras de las asignaturas de políticas y
antropología que querías. Te costó mucho esfuerzo, tu relación
con tu familia, todos los vínculos personales
que podías haber tenido y casi toda tu confianza.
Pero
el mundo de las finanzas no
era como el mundo académico, y menos para una mujer sin apoyos ni
contactos; solamente un buen expediente y mucha ambición. Al
principio apuntaste muy alto intentando tu propia empresa, pero fue
imposible por las deudas que ya tenías, y luego te conformaste a ser
contratada haciendo sustituciones que te quitaban todo a cambio de
simplemente pagar deudas y sobrevivir; ni una cosa ni otra funcionaba
para saciar tu ambición. Fue entonces que en una empresa
inmobiliaria en la que habías trabajado se te acercó alguien
para ofrecerte un puesto en
su departamento de
recursos humanos. Superaste
el tiempo de pruebas, y poco a poco te estableciste
allí. La dirección de la
empresa solamente se reunía de noche, imaginaste durante mucho
tiempo porque eran reuniones de hombres, con puros o strippers;
especialmente porque tu superior inmediato no solía hablar y
parecía
avergonzarse al no contestar,
o con una resaca por haber desfasado.
Era un departamento con mucha ida y venida, sobre todo porque la
dirección de la empresa y del departamento cada cierto tiempo
despachaba, en dichas reuniones secretas, a casi
todo el mundo que llevaba bastante tiempo. Centrada como estabas en
el trabajo, no hiciste pesquisas, la crisis y la competitividad
explicaban
esto.
Hasta que el hombre que te dirigía volvió de esa reunión con su
dimisión y la obligación de acudir
allí para tú ser su sustituta.
Acudiste a la cita, formal pero algo arreglada, nerviosa por si esto
era un cierre del departamento o un ERE o algo, al entrar viste a los
directivos, a los auténticos
jefes... Pero a la mañana siguiente no lograste recordar nada.
Te
sentíste extraña ya desde dicha mañana, pero ahora eras tú la
nueva gerente de recursos humanos así que lo achacaste a la euforia.
Pasó un tiempo sin que supieses nada de la junta, más allá de los
informes y mensajes rutinarios. Llegó el momento para tu segunda
evaluación, acudiste igual y de la misma manera olvidaste todo a la
mañana siguiente, pero implementaste cambios con un nuevo
entusiasmo. Un paquete con viales que tomabas casi de forma rutinaria
acompañaron esta nueva etapa (aunque no recordabas quien te los dio,
sí que debías tomarlos), y el fervor por causar una gran impresión
en tus superiores ya había anulado totalmente tus deseos de poder y
riquezas propios. Llegó la revisión, nueva y última cita con los
directivos. Ahí estaba tu antecesor, atado a una mesa; cerca estaban
los siete miembros de la junta, la empresa; y el cáliz lleno de roja
sangre. Uno de ellos se acercó y te pidió que le mostrarás el
cuello... aceptaste, igual que aceptaste la Vitae, tu lugar en la
Capilla y en la Casa Tremere.
Concepto:
Eres la jefa de una pequeña
parcela de poder, el techo de cristal ahora es por tu edad, no por tu
sexo; porque eso es irrelevante. Has aprendido a poner a examen y
dominar las mentes de los mortales, para elegir a los mejores
candidatos, pero eso en la entrevista, con investigar a los
candidatos antes y poco más
ya sabes sacar más "material sensible" que con los poderes
de la Vitae.
Un
pequeño problema de todo este trabajo en "las trincheras"
mundanas, es que no has tenido aun tiempo para desarrollar tu talento
con la Taumaturgia, lo que ha provocado que estés atascada en los
niveles inferiores de la Pirámide. Algunos de tus superiores
utilizan esto para tratarte
de una mera sirvienta. Pero claro... eres tú quien hace que la
Capilla y muchos de sus proyectos funcionen, ellos dependen de ti
aunque no sean conscientes de ello.
Espera tu oportunidad y mantenles contentos, pero no dejes a ningún
aspirante a brujo subido se crea que eres una "muggle",
eres una Slytherin.
Sugerencias
de Interpretación: Algunos por
las espaldas te llaman alimaña, porque eres
una persona estricta y poco sutil con tus inferiores, que son
cualquiera que respire y que no sea un Tremere los primeros, y delicada con cualquiera a quien la
Capilla respete. Tu trabajo es coordinar al personal mortal
de la Capilla, evaluar quienes son candidatos a ser Ghouls, quienes
no y también posibles candidatos al Abrazo, y todo eso sin delegar demasiado.
Es mucho trabajo y de momento tus observaciones para nuevos Neonatos
han sido todos negativos, no quieres más tiburones en la pecera, que ya es un barril. Cuando hables deja claro que tienes razón, y
evita quedar en evidencia o revelar tus cartas
del todo. Insinúa dignidad y competencia, no muestres rebeldía.
Muestra fuerza, no abuses de iguales. No provoques a los inferiores,
simplemente haz que hagan lo que les toca.
Equipo:
tablet, móvil de la Capilla, móvil personal, móvil profesional,
fondo de armario, libros de política y empresas, pistola
eléctrica.
[¡Nueva ficha para Mundo de Tinieblas! Una Tremere sin magia de sangre, para variar pero sin problemas para tenerla en partida. Este personaje empezó como homenaje a Harry Potter con un concepto de jardinero sin Taumaturgia como este personaje. Pero vuestro amigo y ciber vecino Mario lo ha variado desde entonces.]