Aspirante a Shinobi
La infiltración no tiene secretos para mí, soy capaz de escabullirme entre las telas de un Kumo y evitar el olfato de un Oni… (Choca contra unas latas que caen de forma ruidosa) ¡Y a veces hay que provocar al enemigo!.
Preludio: La vida en el pueblo siempre fue… lenta, como si en vez de aire hubiese agua del fondo de una piscina, o aceite rodeando cada rincón y a toda la gente en alrededor. Esa tranquilidad para un niño inquieto como tú era… exasperante por lo aburrido de todo. Se hacía más evidente cuando venía gente de una ciudad de verdad o así, incluso cuando algo grave pasaba fuera… sin importar su naturaleza o gravedad. Pero era algo parecido a un cambio, un cambio que volvía a desaparecer más rápidamente, sofocado por la tranquilidad asfixiante. Tú eras un niño inquieto, por eso te aburrías tanto que llegabas a esas conclusiones ¡no querías reflexionar y llegar a conclusiones! ¡Querías cosas emocionantes!.
Por eso resulta irónico lo que te pasó años más tarde… pero antes esa infancia que pasaste aburrido se transformó en una adolescencia aun más irritado por lo lento que era tu alrededor. Eras un rebelde, un vándalo sin respeto. Así que tu familia te mandó a un lugar a un más aburrido, sin gente para que les hicieras sentir vergüenza y con toda la intención de que fuera un castigo te mandaron con tu viejo tío el sacerdote de un santuario en medio del monte. Allí tu tío te trató fatal, para inculcarte disciplina: salpicones con cubos de agua fría, golpes con la caña, subir y bajar las escalinatas o la cuesta cargando leña o piedras… o los cubos de agua fría que luego te tiraba. ¿Aprendiste la lección? No exactamente, porque por cada castigo o penuria que te hacía el viejo, siempre intentabas una venganza o escaparte, pero nunca lo conseguías y siempre te ponía otra traba adicional. Pero lo que no te diste en cuenta entonces es que dejaste de estar aburrido, aunque fuese solamente porque en vez de hastío tenías una creciente Rabia.
Un día estabas con esa Rabia ahogándote en la garganta, no podías aguantar más; no querías calmarte. Y el viejo lo sabía, y entonces saltaste, pero saltaste con garras y colmillos que te desgarraron sin hacerte daño. Tu viejo tío simplemente sacó sus propias garras, pero te derribó y te inmovilizó en un segundo instante sin apenas esfuerzo. Te llamó cachorro, te llamó novato y te llamó niñato, y te dolió más que su llave y el golpetazo que te dejó fuera de combate. Luego después ya estabais ambos más tranquilo, y te llamó de otra manera: estudiante, él era ahora tu maestro. Tanto en artes marciales secretas como en ser un Garou. Por fin tu vida iba a ser emocionante ¿pero quizás no muy larga?.
Concepto: Tu tío era un veterano campeón de Gaia, un anciano; pero necesitaba ayuda de otros Garou par completar tu formación, así que te presentó a otros hombres lobo más jóvenes, desde cachorros como tú a algunos ya establecidos. Durante tus principios quedó claro que tu papel debía ser la del Ragabash, un astuto y silencioso tramposo que sabotease y espiase; un ninja pero que se transforma de verdad. Te pareció apropiado y sobre todo divertido, porque podrías incluso usar tu malicia y astucia; hasta podías ser irreverente de vez en cuando para tu alegría. Aprender a ser un shinobi es lo más difícil, pero también lo que más te entretuvo antes de tu rito final. Usar sigilo y agilidad para atacar a los enemigos de Gaia, destruir monstruos y vivir aventuras por fin en la gran ciudad o donde haga falta.
Sugerencias de Interpretación: Eres aun un niño travieso que hace cosas porque se aburre rápido, y el problema es que puede que eso te meta en problemas. Puedes defenderte, pero nunca te has preocupado de hacer las cosas con otros; lo que antes de marcaba como alguien problemático; y ahora es como alguien peligroso directamente. Pero no lo haces por egoísmo, como la mayoría de Contemplaestrellas simplemente buscas respuestas a preguntas que solamente tú te haces. Tu entrenamiento y tus poderes naturales son algo que disfrutas, pero crean un exceso de confianza y a veces tienes que improvisar para arreglarlo. Ser parte de una manada, con Hombres Lobo que no son todos de los Contemplaestrellas tal vez sea lo mejor, porque es diferente. De momento os comandan a ir a distintos sitios, incluso a la ciudad, donde no te aburres y estás contento con ello. Sientes que estás listo, aunque a veces demuestras lo contrario.
Equipo: billetes de autobús, sudadera con capucha, espada de madera con una espada corta oculta.
[Nueva ficha, estoy contento de terminar todas las cosas de auspicios y tribus representadas. Pronto más cosas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario.]