sábado, 30 de marzo de 2019

Comentario: Ultraman Ginga y Ginga S


Bueno, pues he tardado en terminar estas dos temporadas, muy relacionadas y con cosas en común (Sakamoto mediante por supuesto), pero también muy diferentes una de otra. Empecé con ella por una recomendación, y hasta que no vi el conjunto no he querido compartir con todos mis impresiones, pero ya he llegado el momento para hacerlo.

Ultraman Ginga sucede en una escuela a punto de ser derruida, en verano, donde se ha desplazado un templo, desde un extraño accidente. Hikaru, nieto del sacerdote jefe, vuelve y se reencuentra con sus amigos de la infancia: Misuzu (que ayuda en el templo y le gusta hacer confitería), Kenta (algo burro, le gusta la fotografía y lo visual) y Chigusa (que quiere ser Idol). Apenas pone un pie en su antigua ciudad, que encuentra una figura parlante de un hombrecillo rojo y la figura de un monstruo negro, además del artefacto que el santuario de su familia protegía, la Ginga Spark. Vecinos problemáticos de la ciudad son tentados con poder tenebroso, convirtiéndose en monstruos gigantes usando las Spark Dolls. La figura de un hombre rojo, la única con voluntad, es Ultraman Taro, y explica a Misuzu y Hikaru como un gran mal convirtió tanto a monstruos como a Ultras en Spark Dolls. Hikaru puede transformarse en monstruo manteniendo su personalidad, pero cuando lo necesita aparece Ginga, un desconocido Ultraman incluso para Taro, juntos combaten y con el poder de Ginga para mantener la paz. Las intrigas que rodean el pueblo, las figuras y la oscura presencia que manipula a quienes se encuentran con las figuras ¿pueden tener relación con el enigmático Tomoya?.

Sobre todo esto, quiero dejar claro que para mí Ginga es un cuento de verano, que apela a la nostalgia y a una premisa sencilla sin demasiados personajes. La extensión de la amenaza es cósmica, pero la historia nunca rompe el pequeño círculo. Igual que las figuras son pequeñas, pero crecen con mal y el bien, así lo hace Ginga: la bondad y la amistad puede hacer un pequeño bien en algo más grande. Lo que hoy es pequeño puede ser grande en un futuro, y hacerlo posible es toda una aventura, como diría Hikaru. Esta historia me recuerda poderosamente a Kamen Rider Fourze, lo que no es nada casual. No hay grupo de uniforme y aviones de alta tecnología, hay un señor mayor y un colegio vacío. Es un cambio relativamente brusco de las historias de Ultraman más conocidas (pero sí a la más reciente).

Ultraman Ginga S tiene un pequeño salto temporal, y un ligero cambio geográfico; pero Hikaru también ha regresado de otro viaje lleno de aventuras, pero la Ginga Spark vuelve a estar activa y nuevos monstruos gigantes han regresado con una amenaza alienígena nueva. Estos alienígenas buscan un misterioso elemento que a veces sobresale en forma de grandes cristales, el Victorium. Pero esta vez hay organización de uniforme, UPG (Ultra Party Guardians Got it?); y los guardianes del Victorium, los Victorianos, que es un pueblo subterráneo. Uno de estos es su guerrero, Shou, pero lo hace usando el poder de Ultraman Victory, y en lugar de transformarse en monstruos puede usar alguna de sus armas. Bajo la guía de la reina Kisara, y los jóvenes Sakuya y Repi, ahora Shou debe salir a la superficie para evitar que destruyan a su pueblo y con ellos a la Tierra. La UPG tiene de nuevo a Tomoya, pero también al capitán Jinno, y sus oficiales Arisa y Gouki. ¿Qué es lo que quieren realmente la misteriosa Ginoide 01 y su jefe el alien Chibu Exceller?

Aquí tenemos una vuelta a la dinámica clásica de Ultraman, con nuestro humano recipiente/hospedador de un Ultra siendo un agente de una organización científico/militar, con identidad secreta incluida y algunos malentendidos a causa de esto. Las diferentes facciones e intereses tienen conflictos, y es algo interesante de contemplar. Es la prueba de fuego para la idea de que "el bien y la amistad" siempre ganan, cuando de hecho sin confianza no es posible trabajar aunque se comparta un objetivo. Llegar al entendimiento no es fácil, cambiar para mejorar y vivir mejor tampoco; y es en estas cuestiones donde la serie brilla. Estos temas son constantes, pero son tratados más allá de los protagonistas, con un cambio de tono e incluso de forma que resulta muy llamativo. Los personajes que regresan de Ginga, tanto mucho como poco, aportan cosas pero no roban protagonismo a los nuevos personajes. Tiene más acción la verdad.

En general son ambas temporadas una muy buena serie de tokusatsu, con sus clichés y sus rupturas, tanto separadas como vistas en un conjunto. Las películas no están nada mal, y la de Ginga sucede entre medias de momentos de la propia historia y tiene su aquel para explicar cosas luego. Vuestro amigo y ciber vecino Mario os las recomienda mucho. ¡Tengo muchas cosas en ciernes gente!. s dejo con la mejor canción de todo Ginga en mi opinión, la canción de Ginga.

2 comentarios:

  1. Este era uno de los que llamaban los de R/B ¿Verdad?

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    1. El del elemento del agua, básicamente todos los que invocaban para sus formas individuales salvo Tyga eran de Ginga (homónimo y Taro) y Ginga S (homónimo y Victory).

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