domingo, 4 de abril de 2021

A vueltas de nuevo - Arte vs Cultura



De vez en cuando vuelvo a pensar en lo que leí a José Ortega y Gasset en el tema del arte antiguo VS el arte nuevo (que ahora también es antiguo claro, "La Deshumanización en el Arte"). En resumen, Ortega y Gasset hablaba de como el arte nuevo se hacía para una minoría distinta (no peor, ni mejor) y no para la mayoría. Una minoría de entendidos, que en lugar de dejarse llevar por su sensibilidad emocional o criterios mundanos, tiene una sensibilidad que apela a la razón y a unos conocimientos concretos... las vanguardias del arte para artistas que participan de ese momento y ambiente vaya. Y mientras el arte y cultura popular se preocupa de la tradición y de las emociones que transmite a su público mayoritario.


¿Suena muy familiar a las peroratas de Internet? Todo el debate sobre "simps", "gatekeeping" o "Muggles" tiene cierto tufillo a lo mismo que argumentaba Ortega y Gasset. Pero mi problema con esos discursos (además de lo chungo que tienen) es que olvidan parte de lo relativo que es todo. Centrándome en lo que argumentaba el filósofo del siglo pasado, centrarse en lo que hacían unos artistas muy concretos en sus circunstancias, frente al resto de contemporáneos y predecesores me parece egocéntrico y cortoplacista. Os voy a dar un par de ejemplos locos a continuación:

  • En su definición de arte nuevo, creo que cabría considerar a Bertolt Brech, además de por sus tiempos; también  por su estilo y objetivos. Aunque él no quería hablar solamente a un círculo reducido, su teatro buscaba llamar a conciencias y a la inteligencia de su público; y los predispuestos a estos no eran una totalidad absoluta. Y sin embargo, imaginemos que hoy en día alguien hace una obra de Brech adaptada en español, pero acude a una función alguien que no entiende el idioma (sí, lo sé, el turismo no está en su mejor momento, pero es un escenario teórico, usad la imaginación). Sin una idea previa de lo que está viendo, y sin entender el idioma; puede que la obra se le escape (y pronto él), pero aunque la actuación de este autor no sea para nada melodramática, las herramientas de interpretación exigen entonar y expresar físicamente a unos mínimos. Ese espectador que no entienda el idioma, aun con eso, puede emocionarse por la labor interpretativa. Para él la obra habrá a apelado a sus emociones.
  • Ahora pensemos en una obra tradicional, una de las comedias de Lope de Vega, la definición arte tradicional de Ortega y Gasset. Mucha vanguardia reclamó obras muy anteriores, y el teatro clásico es un pilar del conjunto dramatúrgico. Y quienes van a verlo, además de estudiantes algo obligados, también son académicos. Y las obras en su día apelaban a los sentimientos y conocimientos comunes del público. Mientras tanto hoy en día esos conocimientos son de expertos, y todo lo que acompaña al teatro clásico ahora es un discurso que requiere de un mínimo de conocimiento común. La obra tradicional apela así la razón y el conocimiento de una minoría. ¿Se vuelve Lope un vanguardista?.

Como veis en los dos ejemplos, lo que ocurre es que en la cultura (y para mí los maestros de las disciplinas creativas solamente lo son si crean cultura); el público es básico. Hablando específicamente del teatro, literatura y audiovisual (donde se utiliza la palabra como medio de expresión principal; aunque es aplicable a la música, y al arte plástico claro), siempre se establece un acto de comunicación entre autor/grupo de intérpretes y medios con un público. En el arte, para mí, este público puede ser bastante reducido;  y en la cultura es más grande el conjunto de receptores. Y en ese acto el autor y su intención pueden perderse, porque siempre hay unas diferencias debido a las circunstancias de ambas partes. La sensibilidad siempre está ahí además, sea la parte más intelectual o identitaria (como reconocer referencias o citas), o emocional (porque nos hace gracia, nos asuste o nos reconozcamos en los personajes y su historia). Yo no tengo demasiada interés en debates que busquen elevar algo a "auténtico y no de segunda", o a relegar cosas que no cumplen un criterio supuestamente intelectual. Toda cultura merece respeto, todo arte tiene un valor intrínseco. Tus preferencias no tienen que convertirse en algo presuntamente imparcial, no pasa nada.


Y pronto alguna entrada más de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario, me apetecía hacer esta pequeña reflexión.

2 comentarios:

  1. Al final, siempre se reduce a ¿A quién quiero sacar el dinero?

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    1. Me refería a la gente que critica lo que ves más bien.

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