martes, 9 de mayo de 2023

Voz de la Calle Hijo de Gaia (Concepto para Hombre Lobo XIX)

Voz de la Calle


Escuchad todos, que estoy entrando en la Zona, y os contaré todo lo que la única e inigualable campeona de la manada ha conseguido, con su voz os trasladaré a la justa paliza que metió ella con sus dientes. ¡Ella sí sabe moverse pavos!


Preludio: A ver, no creciste en el peor barrio, aunque es lo que das a entender. Ibas a cenar y dormir en casa de tu abuela, cuando tus padres tenían turnos intensivos; que sí estaba cerca de los barrios malos, pero casi todo el tiempo el barrio donde creciste sí era de los que tienen piscina y vecinos agradables. Y era genial de pequeño, pero al crecer te salió la vena rebelde. Tus padres no eran pobres, pero en el instituto te miraban raro por tu nombre impronunciable; y el rumor de que venías de los barrios pobres, y todo esto hizo que te ganaras una fama inmerecida. En lugar de insistir en que no eras así, tu lado rebelde se regodeó de ello. ¿Acaso no molaba ser el malote del instituto sin serlo?. Ahora ves más como seguías sufriendo abuso y menosprecio, pero entonces creías que era una suerte intimidar a compañeros y profesores. Cuando eso significó que tus notas eran peores, porque no creían que valieses es que empezaste a ver el problema.

Durante aquel año discutiste muchísimo con tus padres, pero muchísimo. Porque tu padre te daba por perdido, tu madre no. Porque pagar el colegio; que no te estaba sirviendo para aprender nada de provecho, ni para subir en el escalafón social (motivo original para que estuvieses ahí) era un sacrificio para ambos, cosa que tu madre empezaba a lamentar, y ya una infidelidad de tu padre rompieron el matrimonio. Las cosas no fueron agradables, tu padre decidió irse del país con un buen sueldo y olvidarse de vosotros, mientras que tu madre no podía mantener la casa. Desde ese momento vivisteis en el barrio malo, con la abuela. Fue en ese momento que te reconciliaste con tu madre, no te quedó más remedio porque estaba al límite. En el barrio malo, encontraste a más gente como tú. También mala gente, pero no más realmente que en el colegio de la élite.

Terminaste tus estudios, sin mucho futuro, pero el amor mutuo a tu madre y de tu abuela te inspiraron para ello, darles una alegría aunque fuese temporal; así que te decidiste por una carrera precaria en el trabajo cultural y social. No podías permitirte estudiar en la universidad sin un trabajo, salvo que tu padre te ayudase. Entre trabajos y el ciclo de ayuda social, encontraste una nueva vocación y afición por la música urbana, y pronto empezaste a hacer pinitos en batallas de gallos y conciertos, a veces como público y otras como aspirante; y ha sido una maravilla. Pero para intentar prosperar necesitabas recursos, y cuando viste que no había manera más que la ayuda de tu padre, dijiste a tu madre y abuela que irías de viaje como una aventura, mochila y poco más, a intentar cantar aprovechando un par de semanas. Les puso nerviosas pero aceptaron. De camino, y sin muchas pistas, viste por primera vez las tierras de tus padres y antepasados, y viste las mismas cosas que vistes en la calle y barrios de tu hogar auténtico. No encontraste a tu padre, no quería que le encontrarais de verdad; pero sí problemas. Pero eso, y toda tu experiencia vital estalló en la Rabia.

Concepto: Los que primero te encontraron no fueron los Roehuesos por poco, fueron la comunidad de Hijos de Gaia, que aunque eran locales, tenían aliados y miembros en tu hogar natal al que querías regresar cuanto antes. Aunque prefieren visitar las ciudades por motivos importantes y concretos, tú defiendes que la voz de Gaia debe llegar a las ciudades. Ese punto podría ser polémico en otras tribus, pero los ancianos y compañeros de tribu ven con admiración tu ansia de ayudar a tu comunidad, así que te ayudaron a regresar y a seguir con tu formación y unión con la tribu de vuelta en tu tierra de nacimiento. Has formado una manada urbana, multitribal, con diferencias y semejanzas.

Al terminar con tu Rito de Iniciación y formación, se volvió evidente que eras un Galliard, alguien que celebraba y compartía la dicha de Gaia, pero también que buscaba confrontar las mentiras y el odio con la verdad. Convencer para vencer vaya. Desde que has vuelto, te centras completamente a ayudar al barrio, a luchar con tus versos e improvisación.

Sugerencias de Interpretación: Además de tu causa, y convivir con dos mundos tan distintos (el material y el espiritual), también te esfuerzas de atender y proteger a tu madre y a tu abuela. Como hiciste de niño, estás viviendo dos vidas; pero no queda más remedio esta vez. Por esta tensión, eres honesto en todo lo demás con quienes te importan o con quienes te comunicas, y por esa razón agradeces infinitamente estar con tu manada, porque puedes ser sincero en las confusas y convulsas nuevas cosas de tu vida; y aunque no estáis de acuerdo en todo, te gusta aprender de ellos aunque no compartas las conclusiones que a veces esperan. Empezabas a ser consciente antes de tu suerte, y ahora estás aceptando tu nueva realidad; pero intentas seguir y hacer lo que puedes siempre. Cuando puedes rapear, aunque sea como parte de tu labor como Galliard, también te transformas y lo disfrutas, pero no lo haces como una afición o de forma caprichosa, lo haces porque es tu forma de combatir y estás orgulloso de ello.

Equipo: panfletos, móvil de más de 2 años, coche de segunda mano, altavoces conectados al móvil.



[Pues a este personaje casi lo llevo por un camino distinto al que quise cuando lo empecé, pero lo he redirigido a lo que quería porque era una buena idea. Pronto más cosas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario.]

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