Unos paisanos nada especiales... |
...pero unos super héroes nada convencionales. |
Las historia comienza como toda gran historia, con una explosión... la del planeta Hazard (casi totalmente seguro que es referencia a la serie americana de Dukes of Hazzard), destruida por los moteros espaciales Bowzock (referencia al nombre de un tipo de pandillero japonés que podéis ver en GTO por cierto), formada por los matones más garrulos del espacio, y liderada por los más brutos de todos ellos, Gynamo, su segundo Zelmoda y su genio malvado lerdo, Glutch; y la no novia oficial de Gynamo, Zonnette. ¿Y por qué destruyen planetas? Porque les apetece verlos explotar, al estilo del Joker de Nolan, pero estos sí que no planean absolutamente nada, no tienen cerebro para ello. Cuando llegan a la Tierra (o Tirra o algo así, no saben pronunciarlo), unas misteriosas luces son vistas por una figura encapuchada dentro de su pecio espacial, el Baribarian; y esa criatura no es otra que el último Hazardiano ¡Dapp!, que reconoce esa luz como Carmagia, una fuerza que puede detener a los Bowzock. En la Tierra, busca a aquellos elegidos por la Carmagia, 5 terrestres cuyos coches ideales encajan con las constelaciones de coches del bien (no, no me invento nada ni he tomado cosas extrañas), y los encuentra en el taller de reparaciones Pegasus... Y tiene que manipular a los 5 terrestres un poco patanes para que se conviertan en Carranger. ¡Así ellos protegen la Tierra de los Bowzock y la seguridad vial en el cosmos!.
Los 5 terrícolas transformados en héroes, desde ahora mismo paisanos nada espaciales para sus vecinos y cualquier alienígena, son los siguientes:
- Kyosuke/RedRacer: Piloto de pruebas con cara de mono, muy pocas luces y aun menos ganas de trabajar o esforzarse. Aunque le gusta pensar que es un piloto de coches profesional, apenas llega a conductor y recadero, pero siempre busca momentos para soñar y entrenarse, o sea escaquearse. Sabe que lo de ser héroe le queda grande...
- Natsumi/YellowRacer: la eficaz mecánica del taller, con complejo de hermana mayor hacia sus compañeros y que disfruta mucho de su trabajo. No es difícil provocarla, porque le gustan las cosas bien hechas.
- Naoki/BlueRacer: El joven y formal ingeniero, que le gustaría poder diseñar coches; pero ya la gente del taller ha sido tan amable con él todo este tiempo, y que es un superhéroe. Le preocupan los demás, sean personas, alienígenas o los animales. Así que sus compañeros suelen aprovecharse de él.
- Youko/PinkRacer: la joven atolondrada y secretaria del taller, atender a la gente por teléfono o revisar las cuentas le deja tiempo, poco, pero el suficiente para comer pasteles o mirar revistas. No es mala persona, pero la vida ya es bastante injusta con solteras como ella, así que cancha.
- Minoru/GreenRacer: El comercial de Kansai, algo marrullero y pelota; suele preocuparse más por la superficie de las cosas que por lo que hay dentro, porque ya digo, él es el comercial que tiene que dar la cara por la empresa. Y su acento de Kansai es fuerte nivel acento de Murcia.
- Y Dapp, que es una mezcla de Superman, Doraemon, Mary Poppins, el Doctor y ET; además de un niño de 11 años. Algo irónico, mandón y respondón, pero es que sus héroes compañeros le obligan a ser estricto, que si no vuelan su nuevo planeta.
- Luego se les une el agente de tráfico cósmico Signalman, del planeta Police, que cumple las normas de circulación a rajatabla y se considera una autoridad imposible de evitar.
Luego pues está la familia dueña del taller Pegasus, con Ichitaro como el niño eternamente perseguido, transformado, secuestrado y atacado por alienígenas; o la fan número 1 de los Carranger Radietta, además de Zonnette tiene algo que ver con ella y un súbito enamoramiento de RedRacer.
O sea, esta serie es absurda, con la suma completa de sus personajes (incluso los que no describo porque es spoiler) tiene niveles de estupidez que les convertirían en alivios cómicos, pero están todos juntos y revueltos. El humor de la serie va desde los juegos de palabras, pasando por los malentendidos de vodevil, a los gags visuales y hasta el humor más zafio imaginable... ¡Me encanta!. Ojo, los personajes cambian y evolucionan en sus relaciones, pero lo justo y necesario. Mientras que otras series tienen a héroes como sentais (como los supervivientes que son en Gokaiger o los aventureros de Boukenger), aquí tenemos a la gente de a pie y más corriente posible, pero que también puede ser heroica; no queremos parecernos a ellos, porque ya lo hacemos, son referencias a nosotros y no ideales a los que aspirar. La identidad secreta es guardada no tanto porque sea imprescindible, si no porque no importa tanto quien está dentro del traje. El concepto de la seguridad vial es así una forma fácil de expresar eso: todo el mundo podemos hacer lo correcto siguiendo las normas de tráfico, especialmente si somos peatones que evitamos peligros y accidentes. Los malos son muy absurdos, alienígenas cabezones que hacen gamberradas y son cortos de entendederas; eso también ayuda a la comedia (y a ser precavidos con la estupidez ajena). En suma, la serie no se toma en serio a sí misma y eso le da encanto.
La música de la serie no es brillante, pero sí simpática. El opening tiene dos versiones casi iguales y también mola, pero el ending es de lo más gracioso porque son los malos lamentándose de ser los que siempre pierden:
¡Y protegiendo la seguridad vial se despide vuestro amigo y ciber vecino Mario!
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