Pues en parte por la cuarentena, a tener una tarjeta gráfica y gracias a un amigo, he empezado a jugar de verdad al WoW; de forma esporádica. Me he hecho un puñado de personajes y algunos más me voy a hacer todavía claro. Quiero decir, no estoy demasiado ni en las tramas principales, ni en las mazmorras, ni si quiera en ganar niveles. Estoy haciendo artesanos que se intercambian componentes y piezas manufacturadas, que me entretiene mucho eso... compensando mi torpeza manual en la vida real. ¿Y dónde mejor que vivir un fantasía que en un MMORPG de fantasía?
Mi larga historia intermitente en Azeroth. Bueno, pues antes de que tuviese ordenador en casa, estuve en Azeroth... con el juego de estrategia de Warcraft 2, la secuela ampliación de hecho, en la Playstation 1; ahí jugué limpio y sucio, me gustaba hacer mps libres y construir, y solamente batallar muy de vez en cuando. Volví al Warcraft 3, jugué con varias de las facciones pero no me pude pasar todas las historias, lamentablemente. Incluso probé el WoW hace mucho tiempo, pero me aburrí rápido, y eso que me hice 2 personajes, uno Alianza y otro de la Horda. Pero no fue hasta hace un año y medio que volví al Azeroth menos épico y sí más caricaturesco, me encanta el Hearthstone con su tono desenfadado; y toquetear las carticas. Y ahora he vuelto de "verdad" a Azeroth.
Un poco más de Horda que de la Alianza. Inconscientemente juego más con la Horda, pero intento hacerlo con ambas facciones. Me gustan los orcos mucho después de todo, y disfruto a tope de la estética de los no humanos que se juntan ahí. Por otro lado, no me gusta tener de superiores a
Pues aquí acabo mi comentario, precisamente para jugar a Hearthstone y al WoW... ¡Muy pronto más cosas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario!
A mi es que el Wow me estresaba.
ResponderEliminarPuedo entenderlo. Por eso le estoy dando poco a las mazmorras con gente.
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