Okupa
Tío,
no sabía que esto era tuyo, solamente me pilló el amanecer
¿querrías tener mi Muerte Definitiva en tu conciencia o qué?
¡Venga sólo dos noches más y no volverás a verme el pelo!.
Preludio:
Siempre te has escapado, empezando desde que eras apenas una niña,
aunque subirse al altillo con una manta, meterse debajo de la cama de
los abuelos, acampar en el parque o subirse a un árbol del parque no
eran grandes escapadas. Tu familia era muy humilde y tu madre no
trabajaba fuera de casa, mucha gente y poco sitio ¿cómo es que les
molestaba tanto? Tu padre lo mismo así no tenía que hacer tantas
horas extra en el camión. Tal vez la atención que tu madre os daba
es que temía que él no regresara. Y sabiendo como era ella, no te
extraña.
En
el instituto te fugabas, hacías novillos y en general no hiciste
mucho, una chica que pasaba de estudiar. Y pasando de estudiar
aprendiste a buscarte la vida. Haciendo trapicheos en el barrio
te ibas sacando perras, aunque algunas de las cosas que hiciste te
meterían en problemas: llevar paquetes de yerba, sobres de dinero
para pagar esa yerba o vender tus bragas usadas al concejal guarro de
barrio. Con tu madre el punto final fue aquel, después de todo
vendías sus bragas no las tuyas. La discusión y los gritos fueron
tan altos que se acuerdan todavía en el barrio, y fue cuando tu
madre se rindió contigo. Dormiste en el cuartelillo, recibiste
bronca hasta de tu padre (debió de escuchar los gritos desde la
carretera de los Pirineos). Pero te escabulliste hasta su camión y
fuiste de sitio en sitio desde entonces.
Un chico del barrio que se hizo punky te ayudó y enseñó unas
cuantas cosas, tampoco le hiciste mucho caso, pero sigue siendo un
buen tío.
Casi
año y medio después de todo aquello, ya
hecha a la carretera, y "algo gastada" de los que te
acogían en techos de mierda y en sus asientos de coches grasientos,
acabaste en una barriada, una de las más tranquilas
de hecho. Casi caía la noche, y te acercaste al lugar donde menos
gente había. Una especie de "portero" te avisó de visitar
aquellos pisos medio desiertos "Al dueño no le gustará paya,
vete mejor fuera que no eres de aquí".
Le mandaste a tomar por saco,
y te escabulliste por si buscaba al dueño o a gente. Era de noche en
aquel edificio, pero algo te despertó: unos pasos, un
fuego, un grupo de gente
bailando, un perro negro ¿caballos desbocados?. Pasaste una hora
corriendo de aquellas visiones, para nada segura de que no fuesen
pesadillas. Entonces fue cuando el dueño decidió cobrarse la noche,
o más bien venderte a ti a la noche.
Concepto:
Te Abrazó un vampiro Ravnos, por ser tan listilla de meterte en su
Dominio, en su "territorio" aunque te
avisaron de no hacerlo.
Aquel descaro le hizo gracia o le enfadó mucho al monstruo, un
Antiguo, pero lo más probable es que ambas cosas. Tras explicarte a
grandes rasgos lo que necesitabas saber (tu linaje no tenía más de
8 nombres después de todo,
todo el mundo sabe que los vampiros son nocturnos y beben sangre
además),
te dejó a tu aire, pero te advirtió de que no volvieses hasta
dentro de unos años a verle. Por tu parte encantada. Has estado
dando tumbos desde entonces, haciendo que mortales dejen su casa
aterrados durante un día entero para dejarte dormir o celebrar
fiestas, te has acoplado a grupos de vampiros y sigues necesitando
imperiosamente no ya solamente huir, además necesitas meterte en
sitios que no son tuyos. Esa es la puñetera razón para salir por
patas cada dos por tres, de
vez en cuando pides sitio a tu viejo amigo punky, pero tienes otros
conocidos a tu disposición para cosas menos graves que tirar cosas
manchadas de sangre (de momento él no ha preguntado), y es al único
vivo al que no has robado el chabolo ni has hecho putadas.
La parte de no poder evitar ese impulso se la cayó el viejo
monstruo, puede que por eso estaba sonriendo cuando te fuiste...
Sugerencias
de Interpretación: Tu actitud
para la vida se resume en "Más
vale pedir perdón que pedir permiso",
es decir siempre que no te pillan hasta te las apañas para ahorrarte
el perdón. Siempre tienes un pie fuera. Cuando puedas, echa de sus
sitios a gente, pero no lo hagas para acaparar, hazlo como un
préstamo. No pares quieta, ni figuradamente ni en una misma ciudad.
No quieres que se queden con tu cara. Busca rumores sobre los
vampiros locales, a ver si puedes evitar a Príncipes demasiado
expeditivos y a ver si encuentras un refugio de alguien acogedor. Con
mortales prefieres mentirles antes que esconderte si es de noche, de
día es otro asunto. Ya les darás un susto la noche siguiente.
Lo más parecido a un amigo es el colega del barrio, con él eres
hasta maja y casi del todo sincera.
Equipo:
palanca, barra de silicona, ganzúas, perro atado con cuerda, comida
para el perro, petate, guitarra española de 2ª mano, estacas.
[Nuevo concepto de personaje para Vampiro la Mascarada, esta vez uno de los Clanes que creo deberían ser jugados más a menudo, los Ravnos, porque tal como juegan algunos a los Malkavian creo que encajarían mejor con los Embusteros antes que con los Lunáticos. Pronto más cosas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario,]
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