Bueno, como siempre llego tarde, pero más vale tarde que nunca y no importa tardar si la dicha es buena, porque todas las termas llevan a Roma. Bueno, más allá de frases hechas, esta serie es divertida, muy divertida. Pero seguro que ya lo sabíais.
La historia de Thermae Romae empieza en la Roma de Adriano, con un joven llamado Lucius que gracias al ejemplo de su abuelo y su padre decide, y consigue; convertirse en un diseñador de casas termales. Sin él entenderlo bien, a veces es capaz de viajar a través de las aguas termales hasta otro mundo, hasta Japón de su futuro (no siempre época contemporánea, siempre en el futuro); y gracias a sus peripecias y experiencias allí aprende a innovar, aunque ni él ni la gente que conoce se entienden mutuamente hablando, pero sí mediante amabilidad, pero hay algún que otro gracioso malentendido o casualidad afortunada, que es lo que toca.
Esta serie es cortita, y aparte de jugar con muchos enredos y chistes visuales, es sobre todo una serie sobre lo cotidiano, y las consecuencias y maravillas que tiene esto en la vida propia y otros, concretamente en el tema de los baños públicos como lugar de encuentro colectivo y de salud personal. Tiene alguna cosa que tiene un poco de lectura negativa, pero nunca es terriblemente insensible; y trata de ir a contar historias tiernas y simpáticas, sean del mundo romano o de Lucius perdido en algún baño de Japón. Lo cierto es que el anime tiene algo muy tierno, que es un extra de la autora del manga original haciendo ruta en baños termales, y contando como ese sitio encajó o podría encajar en el manga, y la reacción de Lucius claro. Añadid algo de historia clásica, y es normal que la serie se convirtiera en una cosa celebrada durante su estreno, me lo vi muy rápidamente.
Me ha dado curiosidad por ver su manga y el Live Action, pero eso ya será otra cosa que os cuente vuestro amigo y ciber vecino Mario en otra ocasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario