jueves, 16 de noviembre de 2017

Agente Antidroga Serpiente de la Luz (Concepto para Vampiro la Mascarada XXII)

Agente Antidroga

Hay que conocer al demonio de cerca para poder combatirlo, pero para ganarle no hay que escucharle, hay que cortarle la cabeza.

Preludio: No naciste entre algodones, naciste muy cerca de lo peor de lo peor. Así aprendiste rápido a reconocerlo, y a evitarlo. Tu familia era más estable que la de muchos otros del barrio, así que ni tú ni tus hermanos caísteis en las malas compañías en la infancia, sus reglas estrictas eran por vuestro propio bien. Otra historia muy distinta fueron los tiroteos entre bandas, que se llevaron por delante a dos de tus hermanos. Eso casi parte a tu familia, pero sobre todo destrozó a tu madre y a tu hermana. Tu madre, antes de ver caer a su hija en las drogas, cayó en una desesperación terriblemente destructiva; dando sus anti depresivos a tu hermana en lugar de tomarlos ella. Casi a punto del desastre, tu padre internó a tu madre y os mudasteis más cerca de su residencia, fuera de la ciudad, aunque tu hermana no pareció conforme. Eso evitó mayores problemas, pero no pudiste estudiar todo lo que quisiste porque no terminabas de encajar. En cambio, te uniste al ejército apenas cumplida la mayoría de edad, porque no querías ser débil.
Mientras estuviste en las fuerzas armadas, fuiste reclutado para las operaciones antidroga; en misiones de reconocimiento y escolta, pero los jefes de la agencia se quedaron con tu nombre. No ocultaste tu origen, así que te vigilaban bien de cerca. Pero no era la misma clase de droga que combatías, o eso creías. Cuando te licenciaste, te ofrecieron continuar con la agencia como agente de campo y no como simple tropa. Aceptaste, pero solamente cuando descubriste que tu hermana había pasado de ser consumidora a traficante. Intentaste mirar para otro lado, solamente alejarte. No funcionó, y decidiste colaborar con la operación para detenerla, especialmente para intentar que no acabase abatida ni encerrada toda su vida.
Por desgracia, la cosa acabó mal. Tu hermana desapareció, y dejó un reguero de cadáveres y desaparecidos. Te apartaron de su caso, pero seguiste la pista, poniendo tu culo en juego para conocer de tus colegas. No podías creer como tu hermana se había transformado en ese monstruo que leías de los informes que podías ojear (de forma discreta). Cuando el operativo la localizó en el Caribe, te saltaste todas las reglas, pero tenías que saber la verdad.
Con tus días libres, desapareciste del radar de tus compañeros, te escapaste hasta allí y la localizaste. Tu hermana había cambiado, demasiado, y tenía otros enemigos también; todo se convirtió en un infierno, tu hermana era un demonio con colmillos. Caíste en el fuego cruzado, y no estás seguro de si por la bala perdida o por la conmoción de ver a tu hermana como el monstruo cruel. Despertaste ante otros demonios, que te habían hecho de los suyos y te explicaron bien lo quien, más bien lo que era tu hermana y lo que también eras tú. Volviste de noche a seguir tu trabajo, aunque no tardaste en estar oficialmente suspendido por haber puesto en riesgo la operación; pero fuera de papeleos había lugares para ti, y ahí sigues peleando al demonio de Set y sus drogas.
Concepto: Eres lo contrario de lo que debería ser tu Clan, como se supone que debería ser un Anti-tribu. Luchas contra la corrupción humana, lo que también es raro para un miembro de tu secta, el Sabbat. Pero ambos principios se combinan bien para ti, así que los superiores despotrican de ti, tanto los vivos como los muertos, pero eres parte de sus planes. De momento pelear contra el clan de las Serpientes y otros cainitas advenedizos del mundo de la droga es suficiente motivo para dejarte hacer como veas, no te gusta hacer la vista gorda con los tuyos sin embargo. Un luchador es siempre bienvenido en la Espada de Caín después de todo.
Sugerencias de Interpretación: Traga saliva, obedece las órdenes y piensa que lo que haces previene otros males mayores. O que diablos, te permiten hacer daño a gente que se lo merece, más que tú al menos. Ahora los narcos y sus sicarios no son fuentes solamente de información si no de Vitae. Eres quizás demasiado agnóstico para tu manada, pero respetan tu entrenamiento, pero jamás te van a dejar ser ductus. Sabes de otras vías de ascenso. Eres profesional así que te concentras en lo que estás haciendo en cada momento, es lo único que te ayuda a seguir adelante. Ahora quieres destruir a tu hermana, y el Sabbat es la Espada de Caín. Empuña la con fuerza y nadie te cuestionará. Ante los mortales tienes más problemas, pero los agentes de este departamento suelen acabar mal (muertos, corruptos, desaparecidos o las tres cosas a la vez), no eres tan extraño como un asociado, pero aun así evitas dar problemas a tus contactos vivos.
Equipo: teléfono móvil encriptado, maletín con dinero requisado marcado, machete, pistola pequeña, subfusil pequeño, muda elegante, ropa de camuflaje.



[Llevaba tiempo con esto parado, pero me gusta mucho el resultado. No veo Narcos, pero creo que va a estar de moda este personaje. Mucho melodrama sí tiene este personaje. ¡Pronto más cosas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario!]

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