Agente
Antidroga
Hay
que conocer al demonio de cerca para poder combatirlo, pero para
ganarle no hay que escucharle, hay que cortarle la cabeza.
Preludio:
No naciste entre algodones, naciste muy cerca de lo
peor de lo peor. Así aprendiste rápido a reconocerlo, y a evitarlo.
Tu familia era más estable que la de muchos otros del barrio, así
que ni tú ni tus hermanos caísteis en las malas compañías en la
infancia, sus reglas
estrictas eran
por vuestro propio bien.
Otra historia muy distinta fueron los tiroteos entre bandas,
que se llevaron por delante a dos de tus hermanos. Eso casi parte a
tu familia, pero sobre todo destrozó a tu madre y a tu hermana.
Tu madre, antes de ver caer a su hija en las drogas, cayó
en una desesperación terriblemente destructiva;
dando sus anti depresivos a tu hermana en lugar
de tomarlos ella. Casi
a punto del desastre, tu padre internó a tu madre y os mudasteis más
cerca de su residencia,
fuera de la ciudad, aunque
tu hermana no pareció conforme.
Eso evitó mayores problemas, pero no pudiste estudiar
todo lo que quisiste porque no terminabas de encajar.
En cambio, te uniste al ejército apenas cumplida la mayoría de
edad, porque no querías ser
débil.
Mientras
estuviste en las fuerzas armadas, fuiste reclutado para las
operaciones antidroga; en
misiones de reconocimiento y escolta, pero los jefes de la agencia se
quedaron con tu nombre. No ocultaste tu origen, así que te vigilaban
bien de cerca. Pero no era la misma clase de droga que combatías,
o eso creías. Cuando te licenciaste, te ofrecieron continuar
con la agencia como agente de campo y no como simple
tropa. Aceptaste, pero
solamente cuando descubriste que tu hermana
había pasado de ser consumidora a traficante. Intentaste mirar para
otro lado, solamente alejarte.
No funcionó, y decidiste colaborar con la operación para detenerla,
especialmente para intentar que
no acabase abatida ni encerrada toda su vida.
Por
desgracia, la cosa acabó mal. Tu hermana desapareció, y dejó un
reguero de cadáveres y desaparecidos. Te apartaron de su caso, pero
seguiste la pista, poniendo tu culo en juego para conocer de tus
colegas. No podías creer como tu hermana se
había transformado en ese monstruo que leías de los informes que
podías ojear (de forma discreta). Cuando el operativo la localizó
en el Caribe, te saltaste todas las reglas, pero tenías que saber la
verdad.
Con
tus días libres, desapareciste del radar de tus compañeros, te
escapaste hasta allí y la localizaste. Tu hermana había cambiado,
demasiado, y tenía otros enemigos también; todo se convirtió en un
infierno, tu hermana era un demonio con colmillos. Caíste en el
fuego cruzado, y no estás seguro de si por la bala perdida o por la
conmoción de ver a tu hermana como el monstruo cruel. Despertaste
ante otros demonios, que te habían hecho de los suyos y te
explicaron bien lo quien,
más bien lo que era tu hermana y lo que también eras tú. Volviste
de noche a seguir tu trabajo, aunque no tardaste en estar
oficialmente suspendido por haber puesto en riesgo la operación;
pero fuera de papeleos había lugares para ti, y ahí sigues peleando
al demonio de Set y sus drogas.
Concepto:
Eres lo contrario de lo que debería ser tu Clan, como se supone que
debería ser un Anti-tribu.
Luchas contra la corrupción
humana, lo que también es
raro para un miembro de tu secta,
el Sabbat.
Pero ambos principios se combinan bien
para ti, así que los
superiores despotrican de
ti, tanto los vivos como los muertos, pero eres parte de sus planes.
De momento pelear contra el clan de las Serpientes y otros cainitas
advenedizos del mundo de la droga es suficiente motivo para dejarte
hacer como veas, no te gusta hacer la vista gorda con los tuyos sin
embargo. Un luchador es siempre bienvenido en la Espada de Caín
después de todo.
Sugerencias
de Interpretación: Traga
saliva, obedece las órdenes y piensa que lo que haces previene otros
males mayores. O que diablos, te permiten hacer daño a gente que se
lo merece, más que tú al menos. Ahora los narcos y sus sicarios no
son fuentes solamente de información si no de Vitae. Eres quizás
demasiado agnóstico para tu manada, pero respetan tu entrenamiento,
pero jamás te van a dejar ser ductus. Sabes de otras vías de
ascenso. Eres profesional así que te concentras en lo que estás
haciendo en cada momento, es lo único que te ayuda a seguir
adelante. Ahora quieres destruir a tu hermana, y el Sabbat es la
Espada de Caín. Empuña la con fuerza y nadie te cuestionará. Ante
los mortales tienes más problemas, pero los agentes de este
departamento suelen acabar mal (muertos, corruptos, desaparecidos o
las tres cosas a la vez), no eres tan extraño como un asociado, pero
aun así evitas dar problemas a tus contactos vivos.
Equipo:
teléfono móvil encriptado, maletín con dinero requisado marcado,
machete, pistola pequeña, subfusil pequeño, muda elegante, ropa de
camuflaje.[Llevaba tiempo con esto parado, pero me gusta mucho el resultado. No veo Narcos, pero creo que va a estar de moda este personaje. Mucho melodrama sí tiene este personaje. ¡Pronto más cosas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario!]
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