Veterana
Militar
Lo
sé, las cosas han cambiado mucho desde que me fui; pero creo que yo
he cambiado más aun.
Preludio:
No había muchas salidas de la reserva, ni tampoco opciones en ella
para una mujer cabezota y
más fuerte que la mitad de los chicos; y solamente una pizca más de
mollera aunque solamente fuese gracias a que escuchabas a las abuelas
con las que te obligaban a estar siempre para que no te metieras en
‘cosas de chicos’.
Cosas de chicos entendían
estar muy cerca de las barricadas durante las protestas, buscar pelea
o aventuras con los chicos, o defender a chicas más pequeñas de
compañeros de tribu o blancos cariñosos. Sin
importar si eráis niños o niñas, no soportabas que los blancos os
trataran como huérfanos o como imbéciles, porque la riqueza que les
servía a ellos muchas veces os era arrebatada, como siempre gritaban
en las protestas. Conforme crecías, te dejaban menos margen, eras
una mujer y como tal debías cumplir con las tradiciones, no buscar
pelea. Pero no te conformaste, y llena de determinación, y bastante
rabia, acabaste en el reclutamiento para
el ejército; ya que si los
tuyos no te querían combatiendo, combatirías por los blancos.
Fuiste
a la base para formarte con tu petate, las miradas de desaprobación
de muchos de los tuyos y mucha resolución. El día que empezaste tu
entrenamiento y el que lo terminaste no distaron mucho uno de otro,
se te hizo más corto de lo
que te parecía necesario para que volvieseis de una pieza.
Intentaste controlar tu carácter todo lo posible, pero algunas
detenciones tuviste antes de entrar al frente; pero la agresividad es
algo natural en cualquier soldado. Siendo
una mujer, tampoco te querían combatiendo, pero sí te necesitaban
en el frente, que era la
razón de meterte en todo esto, así que pasaste a meterte en una
reserva nueva. Y como eras
lo suficientemente no blanca y fornida, no ponían en cuestión que
sí, eras soldado para
pelear. Con
tu pelotón, con los que entrenaste antes de destino, creaste lazos
antes de partir al otro lado del mundo a evitar que os mataran.
Y
fuisteis buenos en eso, en evitar que os mataran. No especialmente
disciplinados, pero sí efectivos como escoltas, ya que vuestras
tareas en el frente consistieron en limpiar y acompañar a otras
tropas en sus misiones. ¿Qué los de explosivos tenían que llegar a
una localización recién bombardeada? Ibais con ellos, entrabais
primero en los sitios. ¿Qué los de Inteligencia necesitaban hacer
algo turbio? Sin preguntas, os encargabais de que no hubiese
problemas antes ni después de que hicieran de las suyas. Fuisteis al
frente 3 veces en 2 años, desplegados en misiones que era difícil
saber cuando acababan, pero
cumplisteis hasta un día. Un día, solamente volviste tú y 3 de tu
pelotón, pero tú eras la única que entró y estuvo en aquella
carnicería, y sobreviviste sin ningún recuerdo. El informe era
confuso, primero un tiroteo y luego aquella choza se desplomó, debió
de haber una explosión porque del resto de los tuyos y de quien
fuese que hubiese dentro no quedaron nada más que trozos y manchas
en las paredes. Fuiste licenciada, con unos pocos honores, y entonces
tuviste una muy fría bienvenida a casa, porque te
esperaba una nueva guerra y
un nuevo entrenamiento.
Concepto:
Podías haber ido a
cualquier otra Tribu, pero tu linaje es la de los más
fieros guerreros de
las Tribus Puras
y estás orgullosa de dicho
legado que compartes. Tu
tiempo combatiendo por los blancos, pero junto a otros te ha hecho
consciente de la necesidad de no pelear solos, y de trabajar con la
Nación Garou, pero sin pasarse, cada uno haciendo lo suyo vamos. Ya
no te pueden negar el derecho a combatir, y te alegras, aunque tienes
tus dudas a veces. Por suerte, como una Ahroun, te mandan a la
primera línea y allí tu Rabia borra cualquier duda, combatiendo con
la seguridad que has peleado y caminado siempre. Aun
así, aunque seas fiera, eres también una intermediaria,
participando de una Manada multitribal, pero esto es sobre todo
porque lo de los cachorros con ínfulas pasa menos así que en una
manada de Wendigo aunque jamás lo reconocerás en público.
Sugerencias
de Interpretación:
De momento, aunque no eres ya una Cachorra, te falta experiencia como
Garou. Ahora además has
empezado a recordar cosas de lo que pasó en tu última misión, pero
reprimes los recuerdos con esfuerzo y estando ocupada. Tienes que
respirar dos veces cuando alguien sin tu experiencia militar te da
órdenes como el superior que puede ser, pero a un Cliath con ínfulas
y que haya nacido después de que empezases a estar en campos de
batalla le haces callar, porque es una falta de respeto personal para
ti. Tus pequeños conflictos
con tu Tribu te los guardas porque no son nada delante de las
batallas y de tu deber. Tu
Rabia es grande, pero puedes usarla sin que el retroceso te parta el
alma. Aunque te sostienes en esos momentos, no quieres volver a vivir
algo como lo que no viviste. La idea de fundar un hogar o una familia
no te atrae en este momento, porque ahora ves los riesgos, pero un
día tal vez...
Equipo:
Revólver del ejército,
ropa de camuflaje, cinta para el pelo que llevas al cuello con
tu chapa.
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