Hija
del Hombre
¡Hola!.
Creo que no estáis en un sitio seguro, deberíais volver al camino,
en este bosque hay cosas que es mejor no provocar. ¡Os acompaño!. Y
sobre todo, no os acerquéis a los lobos, no están contentos.
Preludio:
Cuando nació tu camada
algunos de los mayores querían abandonaros a ti y a tu madre, porque
había tenido una relación con un lobo extraño. Aunque crecisteis
rápido y muy sanos, no fue porque os cuidaran, las jefas y jefes de
la manada os olían como si fueseis perro-lobos, o algo así. Cuando
cambiaste, como apenas ya no eras una cachorra,
lo hiciste para proteger a una niña perdida en el bosque de los
lobos, la niña no temió
por su vida en ningún momento y la llevaste con su familia, que te
agradeció el gesto con una verdad. Ellos eran tus hermanos, aunque
fuesen humanos, también tenían sangre de lobo, eran parientes de
los Garou, y tus hermanos literales, porque su padre había sido el
tuyo también. Te dijeron que podías
acompañarles...
Pero
te quedaste en el bosque, con tu otra familia, y con
el sentimiento de entender porque te trataban mal. Los Garras Rojas
que dirigían el bosque te aceptaron a regañadientes, tu formación
fue especialmente dolorosa y difícil; no paraban de intentar
demostrar lo malvado y merecedores de odio y desprecio que eran los
humanos. Aunque vistes el
error de sus vías, también vistes lo similares que son a los lobos
con sus familias y "manadas", y como se esfuerzan en
sobrevivir. Y
por ello no seguiste todas
sus instrucciones, pero sí cumpliste con todas sus órdenes
en espíriu; y el rito de
Iniciación no fue diferente. Debías hacer que unos humanos
abandonaran el bosque, y lo hiciste con sigilo y sin matar a ninguno.
Eso fue la confirmación de que podías unirte a la Tribu, pero aun
así no se fían de ti por ser demasiado humana. No importa
demasiado, tú tampoco te fías de ellos, por lo mismo; aunque ellos
no se den cuenta.
Concepto:
Eres una amante de los humanos, no te queda más remedio y no crees
estar equivocada, lo fácil hubiese sigo irte a otra Tribu, pero o a
Grifo le queda algo de compasión pese a su rabia, o puede que quiera
convencerte de lo equivocada que estás.
Tú de momento eres la Ragabash, que observa y aprende; y los
secretos que sabes de algunos de los tuyos te da en tu nariz no deben
ser compartidos a la ligera, ni siquiera con tu Manada de Tribus
distintas. Aunque te mandaran a ser un rostro amable, también te
obligan a proteger tu bosque para tu clan y Tribu. Ningún lobo
quiere emparejarse contigo, o te evitan porque los otros Garou les
han "influido"
para ello, pero no hay ningún problema de momento. A lo mejor
deberías hablar con otra Tribu para reforzar los lazos entre las
Garras Rojas y el resto.
Sugerencias
de Interpretación: Eres muy
humana, aunque creciste y naciste entre lobos; y es por eso que sabes
que no encajas en ningún sitio salvo con tu manada
y tus hermanos de camada. Te dedicas a evitar que los Garras hagan
daño innecesario a humanos inocentes, ya que ves el error que ello
supone. Utilizas métodos retorcidos, poco dignos según sus
estándares, pero matar sin necesidad es peor; aunque rara vez se lo
dices. Eres callada y te gusta aprender, pero cuando tienes que
disuadir usas más las palabras o triquiñuelas. En
gran medida, aprendiste también lo merecedores de compasión y de
curiosidad que son los humanos y sus costumbres, así que sigues en
el bosque. Eso sí,
monstruos que ya no son humanos no merecen esto; sean chupasangres u
otras aberraciones del Wyrm.
Equipo:
Ropa recuperada de excursionistas, cuaderno sucio con el número de
tus hermanos humanos.
[Aquí el PDF, y en unos días cosas nuevas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario.]
>_< No me acostumbrare nunca a la ambientación de HL.(Que estar, esta bien. Yo que soy muy lerdo)
ResponderEliminarTambién es que el bestialismo con reglas puede ser siempre confuso jajaja. Gracias por pasarte.
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